Era la gran duda que tenían aficionados y periodistas: Hazard sí o Hazard no. Si esta pandemia del coronavirus había dejado alguna cosa buena es que los lesionados, entre los que se encontraba el belga, habían tenido tiempo para recuperarse. Zidane en este tiempo no sólo ha recuperado a Eden, también a Asensio. Pero el protagonista era el ‘7’, ya que Zizou, que al contrario del pueblo llano no tenía dudas, le puso de titular ante el Eibar. La última vez que lo hizo fue el 22 de febrero en el Ciudad de Valencia. Aquella noche, aciaga para el madridismo, cayó lesionado otra vez y, en aquella antigua normalidad, se daba por perdida la temporada.
Pero luego apareció el coronavirus, todo se paró, el fútbol pasó a un segundo plano y Hazard, confinado en su casa como medio planeta, terminó de recuperarse, se puso en forma para regresar en este nuevo fútbol sin aficionados, lleno de restricciones y distancias, pero fútbol al fin al cabo. Y Zidane, que sabe que Eden es feliz jugando, no dudó en ponerle desde el principio ante el Eibar. Aunque la tranquilidad no duró ni 10 minutos. Lo que tardo el atacante en recibir un golpe en el tobillo que le tuvo varios minutos renqueante. Cada vez que las cámaras le enfocaban cojeando el madridismo se estremecía, pero con el transcurrir de los minutos el dolor le fue pasando y el fútbol naciendo.
Pasado el susto, llegó el fútbol
Hazard, ya recuperado, comenzó a demostrar porque es un jugador diferente. Uno de los mejores del mundo. Un futbolista que mejora todo lo que toca y que hace mejor a los que le rodean. Un hombre que habla el mismo idioma que Benzema, un sinónimo de calidad. Primero por la izquierda y después por la derecha, donde se sintió mejor tras cambiar la banda a Rodrygo, empezó a fluir. Tirando desmarques. Siendo siempre una opción. Y así acompañó una arrancada de Sergio Ramos, que continuó un Benzema que levantó la cabeza y le cedió un balón que le dejaba solo delante Dmitrovic con dos opciones por delate: jugársela o asistir al capitán. Optó por la segunda y el camero terminó celebrando la diana con un jugador de sonrisa contagiosa.
Un minuto después de regalarle el gol a Ramos, el que pudo celebrar fue él. Tras una fantástica combinación con Benzema, el belga se sacó un potente disparo que no terminó besando la red gracias a la intervención de Dmitrovic, aunque en el rechazo un zurdazo de Marcelo sí encontró premio para que los blancos hiciesen el tercero y cerrasen el encuentro en menos de 40 minutos. Feliz y con el susto pasado, se retiró al vestuario sintiéndose futbolista de nuevo.
Un cuarto de hora más
Tras el paso por los vestuarios, comenzó un segundo tiempo que para Hazard iba a durar 15 minutos. Algo previsible y una práctica habitual de Zidane. No obstante, en ese tiempo, donde el equipo salió despistado, dejó un par de destello de su clase y continuó certificando que el Real Madrid es mejor con Eden.
Hazard ya piensa en el encuentro ante el Valencia del próximo jueves. Otra vez en el estadio Alfredo di Stéfano volverá a tener la opción de seguir disfrutando del fútbol tras un curso complicado. Porque lo que ya parece claro a estas alturas es que arriba hay dos hombres seguros para Zidane: uno es Eden y otro Benzema, su mejor socio. Y los dos esperan a Asensio.