A veces se gana, a veces se pierde y, a veces, perdiendo, se aprende. El Real Madrid aprendió en La Cartuja. O debería haber aprendido para el futuro. La entidad madridista puede rescatar cosas positivas entre tantos sinsabores de una final de la Copa del Rey que duele por no haberla podido llevar a las vitrinas del estadio Santiago Bernabéu, pero de donde nadie puede reprochar nada a un equipo que lo dio absolutamente todo y recuperó el pulso de la vida: la competición.
El Real Madrid es un animal competitivo por excelencia. Posiblemente, no hay otro igual en la faz de la Tierra. Un equipo que necesita la adrenalina para su día a día; este curso ha sido incapaz de hacerlo en gran parte del año. No lo ha hecho ante el Arsenal, en ninguno de los dos Clásicos previos al de Sevilla, frente al Liverpool o contra el Milan, pero esta vez todo cambió. Y eso que parecía que iba a ser lo de siempre.
Tras media hora muy floja, donde el Barcelona superó de principio a fin al Real Madrid, el equipo se enganchó a la vida y encontró el camino para el futuro. Los blancos terminaron dignamente la primera mitad y fueron superiores en el segundo acto, donde llegaron a dar la vuelta al encuentro con los goles de Mbappé y Tchouaméni. También pelearon en una prórroga donde decidió Koundé, pero los blancos también podrían haber hecho el gol del triunfo.
El Real Madrid se tiene que agarrar a esta actuación para pelear lo que le queda por delante, que no es otra cosa que cinco jornadas de Liga y un Mundial de Clubes. Empezando por lo primero, los blancos deberán ganar las cinco últimas jornadas del campeonato si quieren tener alguna opción, y esto pasa por asaltar Montjuic dentro de dos semanas. Lo encontrado en La Cartuja debe ser el ejemplo para intentar ganar en Barcelona.
Y luego, ya sin Ancelotti, llegará el Mundial de Clubes. Con un entrenador interino, pero con los mismos jugadores, a la espera de poder sumar a la causa a Trent Alexander-Arnold. Los blancos tendrán que mantener vivo el hambre competitivo encontrado contra el Barcelona en esta final de la Copa del Rey para tratar de pelear por un título que ilusiona mucho en el club y que, sobre todo, podría reportar una importante suma de millones de euros a las arcas de la entidad madridista.
