Mucho le va a costar al Real Madrid encontrar a un jugador capaz de suplir a Luka Modric cuando no esté. Pasan los años y el croata sigue siendo fundamental para el juego ofensivo de los blancos. Da igual que esté mejor o peor, su influencia es determinante para que el equipo no se desvíe del buen camino. Esta temporada está quedando de nuevo demostrado, aunque el inicio del curso del mediocentro no haya sido el mejor.
En estos primeros compases de la temporada está costando ver al mejor Modric, aunque poco a poco va carburando. Pese a que no está deslumbrando como nos tiene acostumbrados, el balcánico sí que está siendo decisivo para los blancos. Guarda la magia en sus botas que le permite cambiar un partido con un simple pase o movimiento, lo que hace que su ausencia siga siendo un hándicap para el conjunto blanco.
El equipo arrastra problemas que le impiden generar ocasiones con claridad cuando el rival está bien ordenado atrás. Les pasó en el encuentro disputado ante Osasuna, frente al Sheriff o contra el Betis –al que ganaron por la mínima–. Tres partidos en los que Modric únicamente estuvo sobre el césped en uno de ellos y 25 minutos. En esos momentos, necesitan de una mayor fluidez, del juego interior que les permita encontrar espacios o de una genialidad, tres cosas que el croata puede dar.
Los resultados del Real Madrid sin Modric son reveladores. Ante los rojillos se pudo ver, al igual que en otros dos de los cuatro pinchazos restantes del equipo en lo que va de campaña. Los blancos se han dejado puntos en cinco partidos –contando Liga y Champions– y en ninguno ha disputado el partido completo. De hecho, en tres de ellos, o el balcánico no ha estado o ha tenido unos minutos en el tramo final.
En total, el mediocentro no ha sido de la partida en cinco de los partidos que ha jugado el conjunto blanco. En cuatro de ellos estaba lesionado, mientras que contra el Sheriff sólo jugó 25 minutos. El balance no puede ser más revelador: dos victorias, dos empates y una derrota sin el Balón de Oro de 2018 o, lo que es lo mismo, sólo han sacado ocho de los 15 puntos que había en juego.
Además de los partidos frente al equipo moldavo en la máxima competición y contra los de Arrasate, Modric tampoco estuvo en la locura del Ciutat de Valencia, único partido en el que los blancos han sabido reponerse tras ir por detrás en el marcador, aunque no les dio tiempo a culminar la remontada. Sólo en el empate ante Villarreal y en la derrota contra el Espanyol estuvo sobre el césped, siendo sustituido antes de que acabasen, por lo que tampoco pudo estar en el arreón final de los blancos.
Cada vez va a más
Al igual que sucedió el pasado curso, Luka Modric no ha comenzado al cien por cien la temporada. Sin embargo, con el paso de los partidos, va ganando forma y ritmo y empieza a ser determinante. De hecho, en la última semana sí que se ha ido acercando a la versión que se espera de él y que, a pesar del paso de los años, sigue mostrando.
El croata es un futbolista incombustible y lo está demostrando en los momentos importantes. Aunque una lesión le impidió estar disponible al comienzo del curso, tras el último parón ya se ha visto como va a más, siendo importantísimo en la goleada ante el Shakhtar, en la que los blancos se juagaban no complicarse la vida en Champions, mientras que en el Clásico también tuvo una actuación destacable, en la victoria por 1-2 en el Camp Nou.
Sin embargo, se ha visto frenado por una fatiga muscular que le llevó a ser baja de última hora contra Osasuna, en el que se notó su ausencia. El partido se le complicó en exceso a los blancos, que echaron en falta las genialidades del mediocentro para romper el entramado defensivo de Arrasate.
