El favor del régimen franquista al Real Madrid es posiblemente el bulo más extendido del fútbol español a lo largo de las últimas décadas. Una historia que, con el paso de los años, ha ido calando para poner en duda la limpieza de los éxitos cosechados por el conjunto blanco durante los años en los que el fútbol era en blanco y que ahora ha resucitado de la mano de la ESPN. Sin embargo, por mucho que se cuente una historia, esta no tiene por qué ser real. Eso es exactamente lo que sucede con esta, en la que no hay un ápice de veracidad. De hecho, existe un documento que desmonta la conspiración madridista-franquista, un fragmento sacado del documental biográfico de Santiago Bernabéu.
En él, se cuenta toda la historia del conjunto blanco durante la primera etapa de la dictadura, que comenzó allá por 1939, una vez terminada la Guerra Civil. El Real Madrid tuvo que empezar prácticamente de cero, sin contar con ninguna ayuda del Estado, al contrario que su máximo rival, el entonces llamado CF Barcelona.
El club destinó la práctica totalidad de sus recursos durante la contienda a ayudar a la República. Terminada esta, la ruina en la que se encontraba el club era absoluta. Sin dinero, sin sede social –destruida en los bombardeos sobre la capital–, sin trofeos –robados– y sin siquiera gradas en su viejo estadio, el que precedió al actual.
Por no tener, no tenía ni jugadores, ni directivos. Cinco futbolistas quedaban de la plantilla anterior a la guerra y el mismo número de directivos, entre los que figuraba Santiago Bernabéu. El resto estaban o exiliados o detenidos por las fuerzas del régimen franquista.
Entre el presidente que da nombre al actual estadio y los otros cuatro miembros de la junta directiva se encargaron de buscar puerta por puerta a los socios que quedaban, con el objetivo de obtener donativos que les permitiesen comenzar el curso 1939-40. Necesitaban una nueva sede, reformar el estadio y, sobre todo, fichar jugadores para inscribirse en Liga.
Lo lograron, sin ayuda alguna del Gobierno, quedando en una sorprendente cuarta posición. Esa Liga la ganó el Atlético de Aviación, cuyos dirigentes eran en su totalidad militares. Los rojiblancos contaban con el favor del Régimen, así como el Barça, que llegó a condecorar a Franco en tres ocasiones.
De hecho, el Real Madrid tuvo que esperar 15 temporadas para ganar su primera Liga tras comenzar la dictadura franquista. En ese tiempo, el club tuvo que construir un nuevo estadio, el Nuevo Chamartín –actual Santiago Bernabéu–, en la misma parcela que ocupaba el viejo, con el único objetivo de conseguir mayores ingresos, con los que potenciar la calidad de la plantilla.
Convertido en leyenda por obra de Bernabéu
Al contrario que el Barça, los madridistas no contaron con el favor gubernamental. En una época de dura crisis para los azulgranas, el Régimen intervino, recalificando los terrenos de Les Corts, consiguiendo que regateasen sus problemas económicos. Cabe destacar que durante esos años los barcelonistas, además, lograron cinco títulos de Liga, por los cuatro del Atlético de Aviación.
Cuando los blancos ganan la tercera Liga de su historia –primera bajo el yugo del caudillo–, corría ya el año 1954. Para entonces, el club ya gozaba de buena salud en el apartado financiero, gracias sobre todo a la explotación de su estadio, lo que les permitió hacerse con Alfredo di Stéfano. Aquí nace otro de los bulos fácilmente desmontables.
El Real Madrid pagó a Millonarios 2,5 millones de las antiguas pesetas por la mitad de sus derechos –la parte que poseía el club colombiano–, mientras que el Barça hizo lo propio por la otra mitad, comprándosela a River Plate. La FIFA –y no Franco– intervino en el conflicto y estimó que el jugador debería jugar una temporada con cada club. Los culés no aceptaron y acabaron vendiendo su parte a los madridistas.
La jugada no le pudo salir peor a los azulgranas. Di Stéfano se convirtió en el mejor jugador del mundo y el Real Madrid en una leyenda del fútbol mundial, conquistando las primeras cinco Copas de Europa que se disputaron. Y no, Franco no tuvo nada que ver.
Pese a que desde Estados Unidos se puso fin al bloqueo a España, en Europa abogaban porque el país entrase en democracia, algo que no sucedió hasta la muerte del dictador, dos décadas después. En ese tiempo, el peso de Franco en el continente era mínimo y prueba de ello es el rechazo constante a que España formase parte de las instituciones europeas. Por tanto, el caudillo no tuvo nada que ver en su consecución, así como tampoco en la conversión en leyenda de la entidad madridista.