Diez minutos aciagos dejaron al Real Madrid con un pie fuera de la Champions. Los blancos pasaron del 1-0 que marcó Isco al 1-2 después de un gol de Gabriel Jesús y otro de penalti que marcó De Bruyne. Para colmo, Sergio Ramos fue expulsado en las postrimerías del partido. Misión casi imposible para los de Zidane seguir en Champions.
Las alineaciones de Zidane en los partidos grandes son como la vacuna del coronavirus: un misterio sin resolver. Al técnico del Real Madrid le gusta hacer dobles y triples mortales con tirabuzón y es más impredecible en sus onces que un concejal de Ciudadanos. No seré yo quien ose discutir a un tío que ha ganado tres Champions con la ‘L’ de los banquillos puesta, pero a veces pareciera que hiciera las alineaciones a piedra, papel o tijera.
Ante el Manchester City a Zidane le dio por fumarse del equipo a Kroos, que es como hacerse un selfie a la pata coja subido sobre la antena del Empire State: te puede quedar cojonudo, pero lo normal es que te descalabres. Tampoco jugaba Bale, el único jugador del mundo que prefiere hacer un birdie antes que un hat-trick. Zizou elegía a Vinicius, un futbolista capaz de deslumbrarte con sus regates y desesperarte dentro del área. También estaba Isco, más genio que figura, pero el jugador más en forma de un Real Madrid que tiene la pegada de un boxeador bizco. Y manco.
Enfrente estaba Guardiola, que desde que se divorció de Messi ya no parece el inventor del fútbol. Igual que un bebé que se apoya en los cristales, a Pep también le gusta dejar su huella. En el Bernabéu sentó al Kun Agüero y Sterling y plantó un once plagado de centrocampistas: Rodrigo, Gundogan, De Bruyne, Mahrez y Bernardo Silva. Arriba, Gabriel Jesús.
Dieron las nueve en todos los relojes y pitó Orsato. El duelo nació con un punto de pausa y quién sabe si de miedo. El City presionaba sin ahogar y el Real Madrid trataba de tomarle el tacto a la pelota. No lo consiguió Mendy con sendos controles infames por la banda izquierda. Es lo que tiene este chico, mucha potencia y muy poco pie.
Miedo de inicio
Poco o nada ocurrió en el primer cuarto de hora. La tenía el Real Madrid sin peligro, se defendía con orden el City. Ni remates ni áreas ni nada. El Bernabéu no se divertía demasiado pero, como era un partido de Champions, al menos animaba. El duelo no era vistoso con ambos equipos más centrados en guardar la ropa que en nadar.
Eso fue hasta que apareció Kevin de Bruyne para filtrar un pase majestuoso al desmarque de Gabriel Jesús. El belga pilló mal parado a Varane y dejó al brasileño solito delante de Courtois. El meta del Real Madrid respondió con mano firme al disparo a bocajarro del delantero del City. Zidane contuvo la respiración y el Bernabéu también.
Repitió acción De Bruyne al filo de la media hora, otra genialidad en el autopase que culminó con un disparo alto. El Bernabéu empezaba a impacientarse y a señalar a un Carvajal superadísimo por su banda. Justo después tuvo en su cabeza Benzema el 1-0. Lo evitó Ederson con una mano estupenda. Tampoco estuvo listo Vinicius, ese muchacho que no le acierta a King Kong en una estación de esquí, para entrar al rechace y el Real Madrid desperdició la ocasión del partido.
A Guardiola se le rompió (otra vez) Laporte y tuvo que echar mano de Fernandinho, su Mascherano 3.0. Pero tampoco esa lesión hizo que el Real Madrid se desmelenara. El City no pasaba apuros y Guardiola parecía tener todo bajo control. Tanto que sobrevino el descanso con otro susto en el área de Courtois y sin que el Bernabéu tuviera un arreón del Real Madrid que llevarse a la boca. Así que lo cambiaron por el bocadillo.
El Madrid se destapa
Volvió bien el Real Madrid del intermedio. Más atrevido, más dominador, más valiente. Pero también más arriesgado. Se destapó atrás y provocó otra galopada terrible de Kevin de Bruyne que desperdició Mahrez con un disparo alto dentro del área. Respondió Vinicius con una de sus carreras atolondradas que murieron de inanición en el área.
Con Valverde y Modric amonestados, Zidane puso a calentar a Bale. Y Courtois, mientras tanto, metió una mano imponente, majestuosa, para evitar el 0-1 en el mano a mano ante Mahrez. Otra vez el Bernabéu se tomaba las pulsaciones.
El City fue víctima de la ley del fútbol. Perdonó y lo pagó. Fue antes del minuto 60 cuando una mala entrega de Rodri la aprovechó para robar Modric, que vio el desmarque de Vinicius. La perdió ante Walker, que se la volvió a regalar a Vinicius. El brasileño, por una vez, levantó la cabeza y vio a Isco, que en la primera que tuvo, no falló y puso el 1-0.
El gol asentó a los blancos, templó el ánimo del Bernabéu y desquició a un Guardiola siempre al borde del ataque de nervios. También fundió a Vinicius, que se bajó las medias como si fuera Gordillo y casi pidió el cambio. Bale estaba preparado, dentro de lo preparado que se puede estar siendo Bale.
Isco decisivo… Gabriel Jesús también
Sergio Ramos rozó el 2-0 después de un notable centro de Mendy y una genial asistencia de Isco. Era el 73 y Guardiola metió a Sterling en busca de un 1-1 que le dejara la eliminatoria encarrilada para la vuelta. Lo consiguió en el 79 en una jugada más que polémica. Gabriel Jesús puso las manos en la espalda a Sergio Ramos al rematar a bocajarro y batir a un Courtois que reaccionó tarde.
Orsato dio el gol y nadie en el VAR se atrevió a contradecirle. En directo pareció falta clara, pero el colegiado italiano no quiso ni ir a verlo. El Real Madrid se veía con un gol en contra que le complicaba el partido y más la eliminatoria. Que se pondría más cuesta arriba cuatro minutos después tras un penalti estúpido de Carvajal a Sterling. La pena máxima la anotó De Bruyne, sin duda el mejor jugador del partido.
Zidane lo intentó con un doble cambio postrero: Jovic y Lucas Vázquez por Modric e Isco. No tenía tiempo. No le daba. Tampoco su equipo, consciente de que para ganar la Champions hay que tener jugadores decisivos y, este Madrid sin Cristiano, no los tiene. Sí que empeoró todo con la roja a Sergio Ramos, que no jugará la vuelta. Lo que faltaba: 1-2 en contra y con Militao de central. Pues eso, que la Champions no se puede ganar todos los años y este año al Real Madrid no le toca.