El fútbol castigó a Pep Guardiola. La suerte cayó del lado del 14 veces campeón de Europa, que un año más estará en las semifinales de la Champions League. Épico final en el que el Manchester City dirigido por el exitoso técnico catalán volvió a salir mal parado. Su táctica fue mejor que la de Carlo Ancelotti, nadie lo discute, pero el destino quiso que fuese el Real Madrid el que dé un paso más para levantar su decimoquinta Copa de Europa.
El plan de Guardiola comenzó truncado porque ante todo pronóstico fue el Real Madrid quien se adueñó de la pelota en los primeros compases y fruto de la paciencia llegó el gol de Rodrygo Goes que ponía patas arriba la eliminatoria. Los blancos dominaban hasta el 0-1, momento en el que el City intentó recuperar el balón y conectar con su estilo de juego. Su equipo tuvo varias ocasiones en la primera mitad, la más clara un cabezazo al palo de Haaland cuyo rechace se encontró Bernardo Silva sin tiempo para empujarla a puerta vacía.
Los primeros 45 minutos se agotaban con el 0-1 y Ancelotti sonreía. Las cosas siguieron igual al inicio de la segunda mitad, en el que Lunin seguía impidiendo cada una de las acciones de ataque del City en el caso de que la defensa no hiciera lo propio. Sí fueron unos compases en los que el conjunto inglés era dueño y señor del balón, pero ese control continuaba sin traducirse en goles.
Serio y cabizbajo. Así estaba Guardiola a medida que pasaban los minutos y se agotaba el tiempo de su equipo para empatar y seguir vivo en la eliminatoria. Pero no fue hasta el minuto 71 cuando introdujo su primer cambio. Quitó a Grealish, que tenía amarilla, para meter a Doku y buscar revolucionar el área del Real Madrid.
Guardiola y su City caen en penaltis
Los blancos, hoy de azul oscuro, estaban resistiendo heroicamente en el Etihad, un feudo que nunca han conseguido asaltar, y Guardiola seguía sin dar con la tecla para romper la barrera hasta que De Bruyne llegó al rescate. El belga fue el autor del empate después de un jugadón de Doku. Un mal despeje de Rüdiger, que estaba muy forzado, cayó en los pies del centrocampista, que no falló y la mandó a la red.
De Bruyne fue el mismo hombre que hizo que Guardiola se echara las manos a la cabeza perdonando una ocasión clara que hubiera significado el 2-1. El Real Madrid resistió y en el descuento el entrenador catalán la tomó con el cuarto árbitro por un manotazo de Doku a Carvajal que le frenó un ataque peligroso.
Y una vez llegados a la prórroga, Guardiola adoptó una decisión que nadie comprendió. Bien es cierto que Haaland no acierta contra el Real Madrid, pero no se podía entender que el técnico del City quitase a su mayor arma ofensiva. En su lugar entró Julián Álvarez, que adquirió un rol distinto al del noruego para liberar a los Foden y Doku. Y los penaltis acabaron condenando a un Guardiola que vuelve a caer contra su rival menos querido.