Ocho años después, un jugador del Real Madrid podría haber recibido un insulto racista de un rival. Marc Cucurella pasó a ocupar el centro de la polémica tras conocerse que podría haber llamado «puto mico» –mono en catalán– a Eder Militao en el transcurso del Getafe-Real Madrid, en una situación casi calcada a la vivida en 2011 con Busquets y Marcelo en un Clásico, correspondiente a las semifinales de la Champions League.
Entonces, las cámaras de televisión pillaron al mediocentro del Barcelona profiriendo un insulto racista a Marcelo mientras se tapaba la boca. A pesar de que muchos defendieron al internacional español asegurando que había dicho «mucho morro», las imágenes demostraban el desagradable comentario de Busquets hacia un compañero de profesión.
Entonces, el acta no reflejó el insulto racista de Busquets y aunque la UEFA, a través de la Comisión de Control y Disciplina, abrió un procedimiento al centrocampista del Barcelona, finalmente no fue sancionado y pudo disputar la final de la Champions, en la que el conjunto azulgrana levantaría su cuarta Copa de Europa.