El Real Madrid poco a poco pasa página de la decepción que ha supuesto la gala del Balón de Oro. Pese a recibir el premio al mejor equipo, mejor entrenador y ver cómo Mbappé compartía el premio de mejor goleador, lo que sucedió con Vinicius y la forma cómo sucedió, llevó al club blanco a tomar la decisión de no acudir a la gala. La decisión ha sido discutida por algunos madridistas y por la totalidad de antimadridistas, que suelen aludir a los valores del Madrid sólo en estas ocasiones y no cuando se vuelca para ayudar en Lorca o Valencia.
Pronto se podrá vivir un importante contraste. Los premios de Best, votados por periodistas, pero también seleccionadores y jugadores, servirán para comprobar a quién vota el mundo del fútbol. Cabe recordar que, aparte del oscurantismo por no conocer las votaciones hasta el 9 de noviembre, el Balón de Oro lo votan 100 periodistas que en ningún caso representan a los protagonistas del mundo del fútbol. Algunas votaciones ya conocidas y sus explicaciones se descalifican por sí solas.
Para el Real Madrid no ha sido intrascendente que la UEFA esté involucrada en el premio. Es muy fácil dirigir el voto eligiendo a quienes votan. Es bien sabido que el Real Madrid está en una batalla sin cuartel ante el establishment representado por una UEFA que ha sido declarada monopolio por la Justicia europea. Está previsto que pronto se produzca un anuncio importante sobre la Superliga y es difícil desligar de todo lo que ha pasado en los últimos días, este hecho.
La última palabra del Real Madrid será apostar de manera definitiva por la Superliga. Sus enemigos, muy poderosos, ya no cuentan con la impunidad del abuso de poder. Vienen semanas tremendamente trascendentes para el futuro del fútbol y la UEFA ya ha tomado cartas intentando hacer de la gala del Balón de Oro una ceremonia humillante para los blancos.