Gareth Bale suma un nuevo episodio que indigna al Real Madrid. El galés se salió en la victoria de su selección ante Austria en las semifinales de la repesca del Mundial 2022, al ser el autor del doblete que les llevó a imponerse a los de David Alaba. No es su gran actuación lo que motiva el enfado del club, pero sí las circunstancias en las que se produce. El pasado fin de semana, antes de marcharse a Cardiff para concentrarse de cara a estos play-offs, alegaba unas molestias en su espalda para no estar en el Clásico, en el que tenía muchas opciones de ser titular, debido a la baja de Benzema.
Aquella ausencia se entendió como una excusa para no poner en riesgo su estado físico a pocos días de jugarse el futuro de su selección de cara al Mundial. El jugador ya ha revelado que su prioridad y su sueño es estar con Gales en Qatar y para eso se ha estado preparando a lo largo de la temporada, sin importarle el contar o no para Ancelotti. Ahora, cuando el técnico ha podido recurrir a él, en un momento decisivo para la temporada y en el que a los blancos les podría aportar mucho el tener un revulsivo de la calidad del galés, Bale ha decidido borrarse.
Pero con Gales la historia es bien distinta. Bale no sólo cumple con su selección, si no que se motiva. Sabe que es la estrella de su equipo y que dependen en gran medida de que se encuentre en una buena forma y, para ello, se cuida y se prepara a conciencia, consiguiendo ser un jugador determinante. Prueba de ello son los cinco goles y una asistencia que ha dado desde agosto con su selección, en cinco partidos. En ese mismo periodo y en el mismo número de encuentros, con el conjunto madridista ha hecho un gol.
Un desprecio más al Real Madrid
La actitud de Bale enfada al club, pero no es para nada sorprendente. El jugador lleva varias temporadas riéndose del Real Madrid y de su afición, pero ha sido esta temporada cuando se ha hecho mucho más evidente. Después de borrarse del Clásico, se marchó con su selección y se le vio entrenando con total normalidad, señaló luego que en su cabeza estaban sólo estas semifinales y que estaba al cien por cien, para terminar demostrándolo con un doblete que les mete en la final.
Pero no es la única vez que Bale deja tirado al club para marcharse con su selección. Después de comenzar jugando los primeros tres partidos de la temporada, disputó dos encuentros de clasificación para el Mundial en el parón de septiembre, del que llegó lesionado. Aquella lesión le impidió competir en los dos siguientes meses, pero se le esperaba para el partido previo a los compromisos internacionales de noviembre, ante el Rayo. Sin embargo, alegó de nuevo molestias que le impidieron ponerse a las órdenes de Ancelotti y se fue para jugar con Bielorrusia, recayendo de sus problemas y volviendo lesionado de nuevo.
A estos últimos episodios hay que sumar las constantes faltas al club y a sus propios compañeros a lo largo de su estancia en él. El vestuario llegó a hartarse de él al ver su actitud y no es para menos. Cabe recordar también que en la etapa de Zidane, se marchaba a jugar al golf coincidiendo con la hora en la que el equipo estaba jugando o aquella bandera en la que señalaba su orden de preferencias: «Gales. Golf. Madrid».
