Barcelona y Real Madrid se preparan para disputar la final de la Copa del Rey en un estadio de La Cartuja que poco, o casi nada, tiene que ver con el que albergó este mismo encuentro la temporada pasada. El coliseo sevillano ha sufrido una gran transformación convirtiéndose en un estadio de fútbol y quitando la pista de atletismo, lo que le convierte en un recinto mucho más agradable para disfrutar del deporte rey.
Las obras realizadas en los últimos meses han aumentado la capacidad del estadio hasta los 72.000 espectadores, lo que supone un crecimiento de más de 15.000 plazas respecto al aforo original desde su inauguración. La antigua pista de atletismo ha sido completamente eliminada, dando paso a un nuevo anillo de gradas que no sólo amplía el número de asientos, sino que también acerca mucho más al público al terreno de juego. Por lo tanto, la experiencia de los aficionados será mucho más positiva.
Además, el estadio, que ahora cuenta con todos los asientos techados, por lo que en caso de que llueva no se moja nadie, ofrece una acústica excepcional que genera un ambiente envolvente, perfecto para disfrutar de un espectáculo futbolístico. Durante las obras se retiraron por completo el césped, las porterías y los banquillos, y se ha replantado un nuevo terreno de juego. La Federación Española y los operarios confían en que este césped aguante y cumpla con las expectativas.
La Cartuja en el futuro pasará a ser un estadio de fútbol al cien por cien. Esta será la casa del Betis mientras duren las obras del estadio Benito Villamarín y será una de las sedes del Mundial 2030, que se celebrará en España, Portugal y Marruecos. Además, también albergará partidos de la selección española tanto masculina como femenina en los próximos compromisos y está por ver si seguirá siendo la sede de la final de la Copa del Rey.
