Los focos del Clásico de la final de la Supercopa de España estarán puestos en Ricardo de Burgos Bengoetxea. El colegiado vasco no gusta en el Real Madrid por sus actuaciones en los últimos años y no es para menos. Será el segundo partido disputado entre el Barcelona y el conjunto blanco que pite, además de otro encuentro en el que estuvo en el VAR. Los dos partidos estuvieron marcados por la polémica, con errores siempre en contra de los madridistas.
El primero de ellos fue la ida de la Supercopa de 2017. Aún se jugaba bajo el antiguo formato y el Real Madrid, campeón de Liga y Champions en aquel año, visitaba el Camp Nou. Salieron victoriosos, pese a la intervención del árbitro. De Burgos trató de evitar la victoria del Real Madrid con un penalti pitado a favor del Barça por un piscinazo de Luis Suárez y al expulsar a Cristiano Ronaldo por doble amarilla, por entender que simulaba una falta.
Cristiano cayó en una disputa al chocar con Umtiti, pero el colegiado entendió que se había tirado. No dudó en expulsarle y el portugués terminó dándole un empujón. Le cayeron cuatro partidos. Con 10, el conjunto blanco se impuso por 1-3 a un Barça en decadencia, del que se acababa de marchar Neymar.
Dos años después, De Burgos Bengoetxea firmó otro de los mayores escándalos que se recuerdan en un Clásico. Entonces estaba al frente del VAR, en un partido arbitrado por Hernández Hernández. El vasco no advirtió desde Las Rozas al canario de tres penaltis cometidos sobre Varane, dos por clarísimos agarrones a la hora de rematar y otro en el que Lenglet le dejó descaradamente la plancha en el muslo al fallar en un despeje.
González González en el VAR
Tampoco ha tenido la mayor de las suertes el conjunto madridista con José Luis González González. Perteneciente al cuerpo específico de VAR, el colegiado cuenta con un negro historial contra el Real Madrid. En la última temporada y media apenas se le ha designado para estar frente a los monitores en un partido de los blancos. No es para menos, puesto que fue uno de los responsables de que al club se le escapase la Liga en la temporada 2020-21, la que ganó el Atlético por dos puntos.
Esa temporada pasó por alto un tirón de pelo a Marcelo ante el Alavés que era penalti y expulsión, en un partido que perdieron por 1-2, además de otra pena máxima sobre Hazard. También se comió dos manos ante el Betis en un 0-0 en las últimas jornadas y fue el responsable de que se pitase la famosa mano de Militao contra el Sevilla, anulando un penalti sobre Benzema y no señalando otro sobre Casemiro.
La pasada campaña, en Vallecas ante el Rayo Vallecano, no avisó al colegiado de campo de que revisara una clara agresión de Balliu a Vinicius. El lateral franjirrojo dio un tortazo a dos manos al brasileño y que quedó sin sanción.
