Las tremendas consecuencias económicas que está generando el coronavirus traerán cola. El ritmo frenético de la pandemia y su capacidad de paralizarlo todo deja sensiblemente dañado al fútbol. La maquinaría del deporte rey vive, en gran medida, gracias a los cantidades ingentes de dinero que mueve el circuito televisivo, las retransmisiones. Sin fútbol, sin recaudación en las taquillas, sin merchandising… los recursos quedarán limitados afectando directamente a la planificación deportiva de la incierta próxima temporada.
Y esto afectará evidentemente a la situación de Harry Kane en el Tottenham Hotspur. Nadie va a poder comprar al delantero británico de los Spurs para irritación de éste. Los motivos son sencillos y derivan principalmente por el desfase económico que va a provocar el Covid-19. Kane se había lanzado a finales de marzo a una salida del Tottenham con unas declaraciones que levantaron polémica. Quería ser un «jugador top» y entendía que no podía hacerlo si seguía en Londres. Daniel Levy entraba por el aro y le ponía precio: más de 200 millones de euros.
Ahí el principal motivo de que nadie pueda comprar a Kane, las desorbitadas pretensiones que plantea el Tottenham, con un precio desmesurado de salida. Según The Guardian, las exigencias de los londinenses podrían rebajarse hasta los 170 millones de euros pero seguiría siendo un precio inalcanzable para cualquier equipo dadas las circunstancias, con Manchester United y Real Madrid como los dos grandes interesados.
El club blanco en concreto ya habría dejado atrás su interés en los últimos días. El precio de salida de Kane es un disparate en la situación actual, con las cuantiosas pérdidas que se avecinan. Es una operación imposible para cualquier equipo dado el extraño escenario que se plantea este verano. De hecho el Madrid habría fijado en estos momentos su objetivo en otro perfil de delantero como el de Haaland, más accesible económicamente, más joven y hasta más goleador que ninguna otra opción.
