Emmanuel Macron, presidente de la República Francesa, ha vuelto a interponerse en mitad del camino que une a Mbappé con el Real Madrid. Aunque no parece que el acuerdo entre ambas partes vaya a correr peligro, no deja de ser llamativa la responsabilidad que el político cree tener en torno a todo lo que gira alrededor de la estrella de Bondy, puesto que cualquier polémica la disfraza de tema de interés nacional con el único objetivo de poder interceder e influir en las decisiones del futbolista.
Ya ocurrió en 2022, por lo que no es algo nuevo. Aquel verano en el que Mbappé había dado su palabra a Florentino Pérez de que no renovaría su contrato con el PSG y que abandonaría la disciplina parisina para recalar en el Real Madrid sin coste de traspaso alguno, Macron presionó como el que más para convencer al jugador y que cambiara de opinión para que alargara su estancia en la liga francesa, consciente de los beneficios económicos que el país galo obtendría si tienes a una de las figuras futbolísticas más importantes del mundo jugando en tu competición.
La presión que ejercieron sobre Mbappé tanto Macron como el emir de Qatar, quien usó la excusa del Mundial para hacer ver a Mbappé que su imagen tenía que seguir ligada al mundo catarí, hizo que el jugador reculara y dejase al Real Madrid y a toda su afición en la estacada cuando el Santiago Bernabéu ya se preparaba para planificar la presentación de uno de los fichajes más ilusionantes que se recuerdan.
Macron vuelve a presionar a Mbappé
Ahora, cuando Mbappé ya es seguro que va a abandonar el PSG, Macron vuelve a poner piedras en el camino con una injerencia política fuera de lugar. Usa su cargo para volver a presionar al Real Madrid para que permita a Mbappé participar en los JJ.OO. que se van a disputar en París este verano. La imagen del delantero es demasiado potente como para no aprovecharla en un evento de tal magnitud, incluso otorgándole el premio de ser abanderado. Para Francia es de una importancia capital que el capitán de su selección de fútbol y su deportista más importante a nivel mundial, esté presente en la cita que se celebra en su ciudad.
El club blanco ya ha avisado por activa y por pasiva de que no va a ceder futbolistas para la cita olímpica por dos cuestiones muy sencillas: la primera es que ya se disputa la Eurocopa durante este verano por lo que sería acumular fatiga en las piernas de los jugadores que doblen competiciones, algo que pasará factura a lo largo de la próxima temporada ya sea en forma de cansancio o de lesiones.
La segunda es que los JJ.OO. se disputan en una fecha muy cercana al inicio de la competición de clubes, por lo que impediría a todos los jugadores que participen en ellos realizar una correcta pretemporada con el equipo que le paga el sueldo. Una circunstancia que, en el caso de Mbappé, retrasaría la adaptación a su nuevo club, a una nueva liga, a un nuevo vestuario y a un nuevo sistema de juego.
Ancelotti seguro que quiere contar desde el primer día de pretemporada con todos los jugadores nuevos para que los automatismos de la plantilla penetren en ellos lo antes posible. Es lógico que Macron mire por el bien de su país, pero, en este caso, también es comprensible que el Real Madrid mire por su propio interés.