El Real Madrid recibió una gran noticia con la que afrontar una semana en la que tratará de mantener su imbatibilidad en Liga Endesa y Euroliga. Anthony Randolph, uno de los activos principales del plantel de Pablo Laso, se reincorporó a los entrenamientos del grupo después de diez meses de ausencia por lesión. El ala-pívot norteamericano está en la última fase de recuperación de la rotura completa del tendón de aquiles que le apartó de las canchas en diciembre de 2020, pero en el Madrid mantienen el discurso paciente con respecto al jugador, del que no se espera un debut a corto plazo.
Randolph volverá cuando los servicios médicos y el cuerpo técnico lo consideren oportuno y ambos están por la labor, lógica, de atender como orden principal a las sensaciones del norteamericano. En una lesión tan complicada como la rotura del tendón de aquiles y en un jugador de la altura y peso de Randolph –ronda los 100 kilos pese a su apariencia delgada– la recuperación puede encontrarse con taras en el camino, incluso en sus momentos finales, o ver cómo el implicado no llega a obtener las sensaciones físicas previas a la dolencia.
Que Randolph esté ya entrenando con sus compañeros, aunque sea a tiempo parcial, es sin duda una buena noticia de cara a sus expectativas de futuro. El ala-pívot tiene contrato hasta el 30 de junio de 2023, por lo que es un activo de presente y futuro importante para la franquicia, algo que también refrenda su salario, uno de los más altos de la plantilla. En su caso personal y pese a unos primeros meses algo más complicados, está totalmente hecho a la ciudad y a la entidad, todo ello también clave en una recuperación progresiva y que va por buen camino.
Pablo Laso habló hace días de las reincorporaciones de Randolph y de Thompkins, también lesionado y que se sometió a una artroscopia en la rodilla. «Todavía les queda tiempo para volver a jugar, pero me gustaría incorporarles poco a poco, sobre todo a Randolph, bueno, a Thompkins también. Me gustaría que entraran en los entrenamientos durante el mes de octubre, que estuvieran en la dinámica del equipo, pero son dos lesiones de larga duración y no sé decir cuándo podrían volver», afirmaba el técnico, que también deslizaba que «Trey podría jugar antes que Anthony”. Esto último se mantiene en cuarentena, no ya por la lesión del ala-pívot, sino por la problemática, ya habitual, de Thompkins para encontrar su máximo nivel físico.
Un ‘crack’ como sustituto
La lesión de Randolph trastocó los planes del Real Madrid la pasada temporada, donde echaron de menos los puntos de uno de los anotadores por excelencia del panorama europeo. La facilidad para sumar puntos de Anthony le convertían en necesario con la salida de Campazzo –y la posterior de Deck–, pero el internacional esloveno no pudo estar y por ello en verano el club se puso manos a la obra.
Una rotura del tendón de aquiles provoca de inmediato incógnitas sobre la recuperación del jugador. Le ha pasado a cracks como Demarcus Cousins en la NBA o Macijauskas en la ACB, por lo que el Madrid se blindó e invirtió en un fichaje de campanillas con la llegada de Guerschon Yabusele, que está dejando grandes sensaciones y no llegó como complemento a Randolph, sino como su reemplazo como titular hasta que pudiera comprobarse si su regreso se produce o no al 100%.
