El Baskonia pagó los platos rotos del Clásico. La mejor versión del Real Madrid apareció en el Buesa Arena días después de caer contra el Barcelona en Euroliga para imponerse al equipo local (74-85). El equipo de Pablo Laso rozó la perfección en un partido que dominó de principio a fin y que le consolida como líder indiscutible de la Liga Endesa.
Tocado en el orgullo y ánimo después de volver a hincar la rodilla contra el Barcelona en Euroliga, el Real Madrid se presentó en el Buesa Arena con la intención de sanar heridas en la competición donde, a pesar de los mil y uno inconvenientes, sigue mandando con autoridad. A pesar de que en Europa se le están viendo las carencias de una plantilla plagada de bajas y sin un jugador franquicia de quilates, en el campeonato doméstico el equipo de Pablo Laso sigue siendo solvente. Y eso honra la figura de un equipo que se presentaba en Vitoria para medir sus fuerzas ante el tercer clasificado. Después de caer en el Clásico no era ni el lugar ni el momento adecuado pero si la historia nos ha enseñado algo es que el equipo de Pablo Laso nunca se rinde.
Así que lejos de comenzar el partido enfurruñado por las circunstancias, el equipo de Pablo Laso tiró de galones de líder para dar un golpe sobre la mesa. El cuadro madridista puso el luminoso 20-27 a la conclusión de los primeros diez minutos después a la excelente aportación de Tavares y Deck, que tiraron del equipo con 8 puntos. Ambos siguen siendo el sustento al que se agarra conjunto blanco en un año lleno de ausencias. Y en Vitoria no estaba siendo diferente. Alocén también puso lo suyo para que con cinco puntos los de Laso abrieran una pequeña brecha en el primer cuarto.
En el segundo cuarto el Real Madrid siguió moviéndose por la línea de la excelencia para llegar a ponerse incluso a +14 hasta que el Pablo Laso tuvo que parar el partido después de un parcial de 8-0 del equipo baskonista. Para ello lucía un 32-38 en el luminoso y restaban poco más de dos minutos para dos minutos para marcharse al descanso. El equipo local mejoró en defensa y eso explicaba el parón ofensivo del equipo de Pablo Laso. Cuando peor estaba el conjunto blanco, apareció Trey Thompkins para llevar al Real Madrid a +9 al descanso (36-45).
Y el arranque del tercer cuarto fue inmejorable para el Real Madrid, que incluso llegó a tocar la máxima ventaja en el partido (+15). El equipo de Pablo Laso estaba impoluto en defensa y ataque y a poco más de seis minutos para la llegada del último cuarto contaba con cero pérdidas. Palabras mayores. Si el conjunto blanco seguía así difícilmente se escaparía la victoria, aunque Baskonia iba a vender cara su piel. Una buena racha del equipo vasco puso a los locales sólo seis abajo (60-66). Había partido.
Pero como suele ser habitual en lo que va de temporada, cuando peor lo tenía el Real Madrid, Tavares apareció para imponer respeto y dictar sentencia sobre el parqué. Finalmente, volvió la mejor versión del equipo de Pablo Laso que ni siquiera sufrió en los últimos minutos para imponerse por 11 puntos de diferencia (74-85).