El Real Madrid sacó el rodillo y se impuso al Baskonia por 90-74 en el primer partido de los play off de la Euroliga. Los blancos demostraron estar enfocados en meterse en la final four de Berlín por lo civil o por lo criminal y se notó desde el primer momento. La forma de empezar fue inmejorable desde luego, con todos enchufados y mentalizados de que si fueron los líderes en la fase regular fue por algo. Dzanan Musa fue el MVP y el mejor de los blancos con 16 puntos, 3 rebotes y 3 asistencias en una noche que no fue la mejor de Markus Howard. Aun así fue el máximo anotador de los suyos con 15 puntos.
Los blancos tenían ante sí la piedra más dura de esta temporada para revalidar su título en esta fase final de la Euroliga. Eran los hombres de Baskonia, los únicos capaces de ganarles en dos ocasiones hasta el momento, la última hace tan sólo 18 días en el Wizink. Como mínimo, habrá dos más en estas dos semanas, por lo que el Real Madrid quiso aprovechar el factor cancha y comenzar una bonita despedida con su público en la competición europea.
Festival anotador de un ciclón llamado Real Madrid en los compases iniciales. Musa y Mario Hezonja se hicieron con la manija y engordaron el marcador con tres y dos triples por barba. Acompañados de Facundo Campazzo, Yabusele y Tavares obligaron a Dusko Ivanovic a gastar dos tiempos libres para frenar el ritmo de los locales, que se habían puesto 14 arriba en el primer cuarto. La reprimenda y los cambios surtieron efecto y Baskonia consiguió arrimarse al término del parcial (26-17).
Pero el Real Madrid no iba a tardar en recuperar ese acelerón con el que habían arrancado. Los de Chus Mateo devolvieron esa ventaja de 14 puntos que enfadó a Ivanovic, que se desesperaba en la banda. No le salía nada y eso que su mejor guerrero, Howard, se estaba poniendo a tono. Pero Baskonia despertó y poco a poco fue recortando la distancia hasta ponerse a 11 del conjunto blanco al descanso (48-37).
El Real Madrid machaca a Baskonia
El partido estaba totalmente vivo de cara a la segunda mitad, en la que un triple de Campazzo para arrancar agitó a todo el Palacio. Este, sumado a otro de Musa y dos puntos más de Yabusele desde el tiro libre, catapultó a su equipo hasta los 22 puntos de diferencia. Los vascos comenzaban a despedirse de la eliminatoria hasta el jueves porque se marchaban con una losa de 17 puntos al último parcial (70-53).
Sólo una remontada descomunal lo podía evitar en un día raro de Howard, que dejó el peso del equipo para Rogkavopoulos. Ivanovic no le metió de inicio en el cuarto final, pero no iba a tardar mucho en recurrir a él. Parecía demasiado tarde y Sergio Llull con una de sus mandarinas así lo iba a hacer pagar. En ese momento el Real Madrid se ponía 26 puntos por encima y por muchos intentos de remontada que realizaron los de Vitoria les resultó imposible igualar la marcha de los madridistas.
Mandarinas Llull volvía a aparecer para poner en pie al Wizink, que se desvivía en un aplauso hacia su capitán y el héroe de la última Euroliga. El balear batió el récord de triples en la competición con su número 624 firmado este martes y acabó el partido con ocho puntos mientras escuchaba eso de «¡Llull, Llull!» al ser cambiado.
No había mejor manera de allanar el camino hacia la repetición de ese gran momento por el que cada temporada pelea el Real Madrid y que este año no será diferente. El jueves tendrán otra cita, contra el mismo adversario, al que esperan poner contra las cuerdas y cerrar el pase en el Buesa Arena la siguiente semana.