2022 se está convirtiendo en un año aciago para el Real Madrid, sobre todo desde finales de enero. El conjunto blanco volvió a caer, y ya van seis derrotas en los últimos nueve partidos, en un choque cerrado ante Estrella Roja (65-62) en el que los fallos en los lanzamientos volvieron a tumbar a un equipo, en estos momentos, carente de todo tipo de identidad y, sobre todo, confianza. Un arrebato de coraje y clase de Sergio Llull intentó darle la vuelta a la tostada a última hora, pero tras dos triples convertidos a la desesperada y entregado a la épica, el ’23’ no encontró aro en el lanzamiento definitivo, que confirma que el Madrid sigue en crisis.
Salvando a Tavares, con un doble doble de 11 puntos y 11 rebotes y al mencionado Llull, que se fue hasta los 20 puntos, el Madrid volvió a naufragar de forma exagerada en el Stark Arena de Belgrado, donde una prueba importante se asomaba para un equipo muy tocado por los últimos resultados.
Urgía recuperar sensaciones y el quinteto propuesto por Laso no se guardaba nada. Williams-Goss en el base, Abalde y Hanga en las alas y Yabusele y Tavares formando la que debe ser la mejor pareja interior del continente con permiso de la del Barcelona. Sin embargo, la nulidad en el tiro exterior y, en general, por parte de los jugadores de perímetro, mermaba a un equipo que se sostenía por los detalles de sus pívots, mientras Estrella Roja vislumbraba que la versión del Madrid que había aterrizado en Belgrado era la misma que en partidos anteriores.
Los serbios dominaban en un encuentro aplazado que ya empieza a ser importante a la hora de contar victorias y derrotas, aunque no lo hacía con demasiada suficiencia debido, también en su caso, a la irregularidad cara al aro. Así las cosas y con Thompkins y Llull como activos destacados en la larga distancia por incomparecencia del resto, el descanso llegaría con un moderado resultado de 35-28, aunque de nuevo inconcebible en cuanto a anotación merengue.
Último cuarto insuficiente
El desacierto en el triple continuaría en la segunda mitad y es que a expensas de Llull, el resto del equipo anotó un 4/27 en el que Rudy, con un 0/7, o Heurtel, con un 0/4 y una selección de tiro a lamentar, lideraron la inofensiva blanca. Pese a la mejoría en el tercer cuarto, donde el Madrid pudo reducir la desventaja a un punto, en el definitivo volvería el cortocircuito, dejando en bandeja el triunfo de Estrella Roja.
Fue este último el único cuarto en el que el Madrid alcanzó los 20 puntos, pero también por un ritmo superior y la vorágine de unos últimos minutos en los que Wolters y Davidovac se erigieron en villanos de un equipo desdibujado y del que sólo Llull se desmarcaba con un arrebato de coraje insuficiente para evitar la tercera derrota consecutiva de un proyecto que pide a gritos un revulsivo.