El Real Madrid machaca a Gran Canaria en su estreno en los playoffs
Los blancos se dieron un homenaje (95-68) para iniciar con buen pie los play-off de la Liga Endesa
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El Real Madrid comenzó con buen pie el camino final a la reválida del título de la Liga Endesa imponiéndose 95-68 a Dreamland Gran Canaria en el primer encuentro de la serie de los cuartos de final. Los campeones de la Euroliga dejaron atrás cualquier tipo de celebración y se centraron sólo en el baloncesto para arrasar al conjunto de Jaka Lakovic. Dzanan Musa y Sergio Llull dejaron el partido visto para sentencia cuando apenas el árbitro Fernando Calatrava había señalado el final del primer acto.
El Madrid llegaba tras vencer al Real Betis en la última jornada de la Liga Endesa y, sobre todo, sabiendo que Joventut había ganado el primer encuentro de su serie ante Baskonia en Vitoria. Por tanto, no quedaba otra que activar el modo campeón una semana después de la consecución de la Undécima Euroliga en Kaunas, para empezar con buen pie la travesía hasta las semifinales. Los de Chus Mateo mantienen el factor cancha y podrían ser semifinalistas de la competición doméstica sólo con ganar en Las Palmas el próximo miércoles a las 21:00 horas.
El primero en sacar la varita para los fue Musa. El bosnio despertó al Madrid forzando un 2+1 cuando parecía que nadie quería encestar. Ambos equipos comenzaron bien en defensa y eso hizo que el primer cuarto no destacara por la capacidad anotadora de los protagonistas. Aún así, iba a ser Gran Canaria quien iniciara mandando en el Palacio en el primer parcial, algo que no se prolongaría durante mucho tiempo.
A ello ayudó que el Madrid parecía empeñado en recortar la distancia únicamente desde la línea de tres. Tras dos intentos fallidos de Yabusele, que tuvo dificultades incluso para llegar al aro, llegaron dos triple de Musa. El alero fue el hombre aspirina de los suyos y protagonizó por completo el encuentro, siendo el máximo anotador con x puntos.
Musa y Llull como en un parque de bolas
Aún así, Mateo decidió que este dejara su hueco a Rudy Fernández, que rápidamente conectó con el ‘Chacho’ y comenzaron a enseñar a sus compañeros el camino de la victoria. Uno al que Chus Mateo le costó dar un respiro fue a Tavares. El MVP de la final de la Euroliga no comenzó de la mejor manera y así se lo hizo saber su técnico poco después del inicio del segundo cuarto.
Como el que no quiere la cosa, el Madrid iba a lograr un parcial de 28-1 antes del descanso. Gran Canaria tuvo una desconexión impropia de un equipo de los play-off y los blancos se la hicieron pagar cara. Mateo iba a introducir a Llull en el parqué del Wizink para prolongar el buen momento de los locales. El menorquín iba a tardar bastante menos que en la final de Kaunas en anotar su primer triple, y consiguió enganchar al Palacio un día más con sus mandarinas.
Consciente de su peso en el encuentro, Mateo decidió juntar al base con Musa en pista, con la intención de forjar un quinteto aún más agresivo que dejara el choque decidido cuanto antes. Entre ambos anotaron el 37% de los puntos del Madrid. El primer acto acabó con 26 puntos de ventaja para los locales y los madrileños se marcharon al descanso con la sensación de haber completado la tarea por el momento.
Era previsible que en algún momento los canarios se tenían que meter en el partido. El problema para el conjunto de Lakovic es que su renacer coincidió con el de Tavares. El caboverdiano no anduvo fino en ataque ni en defensa durante la primera mitad pero se activó a tiempo para arrimar el hombro en el tramo decisivo.
Paseo de campeón
Quien no entendía de estados anímicos era Musa, que siguió a lo suyo después de la reanudación y siguió aumentando la brecha en el marcador. El alero fue el máximo anotador del encuentro con 20 puntos. El único jugador de los canarios que parecía tener alguna intención de plantarle cara al bosnio era Balcerowski. El polaco fue el máximo anotador de los suyos en el primer partido de la serie con 15 puntos. Aún así, era evidente que los visitantes no andaban para nada acertados, y parecía como si un Wizink, ni mucho menos lleno, le hubiera intimidado.
El último cuarto fue más un trámite que otra cosa. Pese a que los canarios habían conseguido evitar una paliza histórica, la distancia que cogió el Madrid fue insuperable. El Palacio se volcó con el equipo y se dedicó durante los últimos minutos a agradecer a los suyos por el esfuerzo en Kaunas. Costaba ver un sólo jugador que se fuera sin ovacionar por la grada de animación madridista.
El partido concluyó con destellos del mejor Hezonja, que se llevó una ovación brutal de su afición antes de poner fin a su participación este domingo. El Madrid encara el encuentro del próximo miércoles con sensaciones inmejorables y viajará a Gran Canaria con la intención de no volver a pisar su cancha hasta las semifinales.
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