El Real Madrid ha dado el primer paso hacia la final de la Liga Endesa tras imponerse al Baskonia en el WiZink Center en la apertura de la serie (94-84). Apoyado en su excepcional puntería en el triple (17 aciertos en 34 intentos) y en el poderío interior de Walter Tavares, el mejor de la noche con 12 puntos y 13 rebotes, los blancos golpearon primero en esta eliminatoria que se disputa al mejor de cinco partidos y se mantienen invictos en el Playoff de la Liga Endesa.
La posición de base es el gran quebradero que persigue al Real Madrid esta temporada y el maleficio volvió a extenderse incluso antes del pitido inicial, ya que Alberto Abalde fue baja de última hora. De inicio poco importó porque Sergio Llull salió como un rayo y encadenó tres triples en los primeros minutos. Pero el balear notó molestias en la ingle y pidió el cambio, cediendo la manija al jovencísimo Juan Núñez.
Pese a la enésima baja, el equipo local cerró el primer cuarto con ventaja (22-19) ante un Baskonia que, como ya demostró eliminando al Valencia Basket, ya no es el equipo desnortado de la primera mitad de la temporada. Otro tres tiples anotados por Rudy Fernández encontraron respuesta en el virtuoso Wade Baldwin, que se aprovechó de Núñez para anotar con relativa facilidad. Ligera ventaja blanca al descanso y la sensación de que la igualdad era total (44-42).
Causeur la rompe
Sin embargo, el Baskonia no compareció al inicio de la segunda parte. El equipo vitoriano volvió al parqué completamente desconectado y Fabien Causeur olió la sangre para guiar a su equipo a un parcial de 15-0 que rompió el marcador (59-42). El tercer cuarto del escolta francés fue para enmarcar: 14 puntos y 4/4 en triples. Un jugador muy difícil de parar cuando entra en combustión.
A su llamada también se sumó Yabusele mientras Tavares se iba haciendo cada vez más grande ante un rival que jugó sin pívot puro durante varias fases del partido. Un banquete para el africano. Apoyado en la anotación exterior de Marinkovic, el Baskonia llegaba al último cuarto agarrado a un último hilo de vida (74-63).
Pero se rompió enseguida. Los pupilos de Pablo Laso apretaron las tuercas en defensa y terminaron de romper el marcador en los minutos finales (89-68, min.36) para regalarse un plácido final de partido. La puntilla fue una jugada circense de Rudy Fernández, que lanzó un pase interior para Poirier y la pelota se desvió tanto que entró por el aro. Su cuarto triple y manos de sorpresa a la cabeza. Hay días que sale todo. El segundo capítulo de la serie, el sábado en el mismo escenario (18.00 horas).