Nikola Mirotic era la principal amenaza del Barcelona para vencer al Real Madrid en esta segunda semifinal de la Final Four de la Euroliga. El mejor jugador del conjunto azulgrana tuvo una de las peores actuaciones con la camiseta culé en el peor escenario posible y ante el peor rival posible. El jugador español de origen montenegrino, como ya ocurriera el pasado año también ante los blancos en la penúltima ronda de la Euroliga, volvió a naufragar para quedar eliminado en la orilla.
Y es que los números del ala-pívot fueron de lo más pobres que se recuerdan en un partido de Final Four. De hecho tuvo un -2 de valoración al finalizar el encuentro. En los más de 28 minutos que estuvo en pista, Mirotic sumó 3 puntos, siendo además su peor anotación en Euroliga con el Barça. Acertó en 1/3 en tiros de dos, 0/7 en tiros de tres, 1/2 en tiros libres, con además tan sólo un rebote, un tapón, un robo y una pérdida.
Con todo esto, Mirotic se convirtió en el primer jugador, desde 2014, con una valoración negativa habiendo estado más de 28 puntos en pista. Por ello, tras finalizar el encuentro, el jugador pidió perdón: «Asumo mi responsabilidad. Sé que tenía que hacer un buen partido porque conozco mi rol y no estuve al nivel para ayudar al equipo. Debo pedir perdón a los aficionados que nos apoyan, viajaron hasta aquí para animar y no pudimos vencer».
Nikola Mirotic fue rotundo cuando fichó por el Barcelona: «Quiero marcar una época y lograr títulos, el Barça es un paso adelante». Pero lejos de la realidad, el ex jugador de Chicago Bulls, entre otros, es el jugador mejor pagado de Europa, pero aún no sabe lo que es sumar una Euroliga a sus vitrinas. El hispano-montenegrino ha jugado, con la de ayer, seis Final Fours y no ha logrado salir campeón en ninguna de ellas.
Mirotic, desquiciado
Además, el Barça contaba con un factor diferencial. Y ese era Mirotic porque el Real Madrid no podía contar ni con Yabusele ni con Deck, lesionado. Estos dos jugadores eran los únicos aparentemente capaces de poder defender con uñas y dientes al jugador azulgrana. Pero fue Ndiaye, un jugador de tan sólo 18 años, quién consiguió frenarle y sacarle del partido en el primer cuarto.
El jugador español de origen senegalés no se amilanó en un escenario de estas características y fue en los primeros 10 minutos cuando le sacó del partido con un tapón y provocándole una falta en ataque. Desde entonces, Mirotic no se acercó al nivel que esperaba sus compañeros y su afición.