Final Liga Endesa: Real Madrid-Barcelona

La Liga en nombre de Laso que encumbra a Chus Mateo

Pablo Laso y Chus Mateo son grandes protagonistas del título de Liga del Real Madrid, al sacar adelante una situación extraordinaria

CRÓNICA: Un campeón gigante

Chus Mateo, el ‘guardaespaldas’ de Laso que hizo debutar a Doncic

Chus Mateo y Pablo Laso
Pablo Laso y Chus Mateo, en un partido. (ACB Photo)

El pasado 5 de junio saltaron las alarmas en el Real Madrid como posiblemente no lo habían hecho en su historia reciente. El club, a través de un comunicado oficial, anunciaba que su entrenador Pablo Laso había sufrido un infarto de miocardio y se encontraba hospitalizado. Después de la lógica alteración por la noticia y destacando que, afortunadamente, las que fueron viniendo después fueron mucho mejores, el conjunto blanco perdía a su director en el momento clave de la Liga. Chus Mateo se haría con las riendas del equipo y semanas después, con Laso ya entrenando y su ayudante principal luciéndose desde el banco en los partidos, el resultado no ha podido ser mejor para la entidad.

La 36ª Liga del Real Madrid se recordará por la remontada de un equipo que semanas atrás parecía muerto, pero sobre todo, por la ausencia de Laso que motivó sobremanera a un equipo gestionado a las mil maravillas por un Chus Mateo que se confirma como un entrenador de referencia. La vitola de ayudante le quedaba pequeña al técnico madrileño, pero la constatación de los hechos ha resultado tan impactante en lo positivo que pasa directamente al primer escalón de responsables del título.

El triunfo no hubiera sido posible sin la comunión de todos, Laso el primero, que forzó la máquina para, siempre con el permiso y beneplácito de los médicos, regresar a los entrenamientos y a la dinámica de un equipo tranquilizado al ver que su líder estaba bien. Sin embargo, lo de Mateo merece mención aparte, y es que con la inestimable ayuda de Paco Redondo y Lolo Calín consiguió una rotación equilibrada, que tapara los teóricos defectos de plantilla provocados por las lesiones e hiciera del físico, gran virtud actual de la plantilla, el principal elemento de peso para desequilibrar la final ante todo un Barcelona.

Chus, muy valorado en el panorama nacional y aún más en los entresijos de la sección madridista, respondió sin titubeos a la responsabilidad que le cayó del cielo debido a un infortunio que ya de por sí podría haberle quebrado mentalmente. La situación, de un día para otro, le llevó al primer plano y su aceptación de lo sucedido fue rápida y óptima para pasar a la acción e insuflar los ánimos suficientes a una plantilla tocada para dirigirles al camino recto, el de la victoria.

El bagaje final del Real Madrid en la temporada acaba con sobresaliente pese a los múltiples contratiempos de un equipo que ha sabido reinventarse en varias ocasiones. Campeones de la Supercopa Endesa en septiembre, llegaron a la final de la Copa del Rey en plena crisis y ya resurgidos, se quedaron a un punto de la conquista de la Euroliga, semanas antes de dar el golpe con un título de Liga ACB en nombre de Pablo Laso y que encumbra como figura, más que merecida, a Chus Mateo.

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