El Rey de Reyes dice adiós al baloncesto profesional después de más de dos décadas plagadas de éxitos, aprendizajes y clases magistrales en el parqué. Felipe, Felipe Reyes, se despidió del Real Madrid anunciando su retirada en un precioso acto institucional en el que cierra, con 41 años, una de las etapas más bonita de su vida. El capitán madridista compareció acompañado del presidente, Florentino Pérez.
Agradecido por la presencia de sus seres queridos, Felipe confirmó su retirada. «Estamos aquí para anunciar mi adiós, yo lo recibo con mucha ilusión y ganas porque siempre he dado el 100% y me he dejado el alma en la cancha en cada partido. Termina una etapa inolvidable de mi vida, he tenido la oportunidad de jugar en los dos grandes de mi ciudad, Estudiantes y Real Madrid. Me siento muy orgulloso de haber podido representar la camiseta de la selección española 236 veces».
Visiblemente emocionado y después de escuchar las palabras del presidente Florentino Pérez, Reyes tomó la palabra y contó sus primeros momentos de contacto con el baloncesto. «Mi idilio con el baloncesto comenzó a los 10 años cuando me llamaron de Estudiantes, ese día cambió por completo mi vida. Después de varios años aprendiendo a jugar conseguí cumplir mi primer sueño, en octubre de 1998, que fue debutar como profesional. Desde entonces, mi ilusión sigue intacta».
«Me gustaría jugar muchos años más, disfrutar delos compañeros, vibrar con los aficionados, a los que he echado mucho de menos en este tramo final. Aunque mi cabeza y mi cuerpo me dicen que puedo dar más, creo que se han acabado mis días como profesional», reconoció, el día de su adiós al baloncesto con 41 años.
Después de estas palabras de repaso de su carrera, Felipe comenzó con un sin fin de agradecimientos. «Tengo claro que quiero devolverle a este deporte de alguna manera lo mucho que me ha dado. El baloncesto seguirá en mi vida, pero ahora será mi familia la que tenga mi prioridad absoluta. El baloncesto me ha dado a mis mejores amigos, pero me ha dado sobre todo al amor de mi vida, Kirenia. Me has hecho el hombre más feliz del mundo, muchas gracias por tu esfuerzo y sacrificio por aguantarme en mis días buenos y malos. Nunca me has fallado, y gracias por darme una familia maravillosa».
Felipe aseguró que no se quería olvidar de nadie, y en el recuerdo de su familia y en concreto, de su padre, fallecido en 2011, estuvieron los momentos más emocionantes del acto. «Gracias a mis padres porque gracias a ellos soy quien soy. Gracias por sacrificaros por estos cuatro hijos, por la educación e inculcarnos estos valores extraordinarios. No pasa ni un día que no me acuerdo de vosotros. Papá, gracias, te tengo presente cada día, sé que hubieses disfrutado muchísimo con los logros que no pudiste ver». Reyes también recordó a sus hermanos, por «cuidarme como el pequeño que soy».
«Gracias a todos los compañeros, grandes amigos con los que he compartido vestuario. Os voy a llevar siempre en el corazón y voy a echar de menos cada día en el vestuario, vuestra paciencia… voy a echar todo de menos», afirmó, ante la presencia de algunos de sus grandes amigos, como Sergio Rodríguez o Rudy Fernández.
Echaré de menos los viajes, como nos uníamos en las derrotas. Gracias al Real Madrid, el club de mi vida, que me lo ha dado todo. Llegué como un joven y me retiro como un veterano, con 41 años. Me lo habéis enseñado todo, he crecido como jugador, como persona, he aprendido valores que son mejores que los títulos. He aprendido a darme cuenta que la calidad y el talento sin trabajo constante no sirven para nada. He intentado transmitir a los más jóvenes este legado, espero que os haya servido de algo.
Gracias a Florentino, por tu apoyo incondicional, por ayudarnos y empujarnos para ser mejores, y sobre todo por haber hecho que se cumpliera mi gran sueño, jugar en el Real Madrid, que ha sido la decisión deportiva más importante de mi vida», agradeció Felipe, que también se acordó de sus momentos con España, su «segunda familia» donde vivió sus momentos irrepetibles, antes de cerrar con un último mensaje. «Me habéis hecho disfrutar de cada viaje. Hemos disfrutado de los buenos momentos y hemos sufrido y trabajado para levantarnos en los malos. Un millón de gracias. ¡Hala Madrid!».