La primera comparecencia pública de Pablo Laso después de su más que polémico despido del Real Madrid dio mucho que hablar. En el discurso del ya ex técnico madridista hubo muchos agradecimientos, algunos recados y toda la sinceridad posible. Sin embargo, entre los detalles ha prosperado la respuesta del entrenador vitoriano cuando fue preguntado por su sucesor al frente del Madrid, un Chus Mateo al que respeta y desea «la mayor de las suertes», pero con el que la relación se había enfriado en los últimos tiempos.
«Sinceramente, si yo no entreno al Real Madrid, ¿cómo me voy a preocupar por quién lo entrena?», comenzaba Laso, sorprendiendo a los asistentes con su respuesta. A continuación, el entrenador suavizaría la situación y dejaría claro su apoyo a Mateo, aunque con matices. «Yo tengo mucho respeto y cariño por Chus, hemos trabajado mucho durante muchos años y desearle la mayor de las suertes como persona, faltaría más», respondió.
Para hablar de Pablo Laso y Chus Mateo lo primero que hay que destacar el funcionamiento deportivo de la pareja y el respeto entre ambos, que se pudo vivir en primera persona en la celebración del último título de Liga Endesa del Real Madrid. Entonces, el principal cedió el protagonismo al asistente, quien a su vez destacaba que el título era «uno más del Madrid de Laso», pese a que hubiera sido él, Mateo, el que se sentara e hiciera las veces de primer entrenador.
Sin embargo y pese a los numerosos triunfos de la pareja al frente del Madrid –cinco Ligas y dos Euroligas– las discrepancias entre ambos existían y la relación no era la mejor posible. En términos baloncestísticos había cierta separación entre Mateo y Laso, que se mostraba más cercano en pensamientos a Paco Redondo, aunque el tándem entre el técnico principal y el primer ayudante resultaba indiscutible a nivel de resultados.
La cercanía de Chus a Juan Carlos Sánchez, que fue quien le fichó para el Madrid en 2014, le convirtieron desde el primer momento en un hombre de club y afín al gran rival de Laso en la sección. Aun así, ambos entrenadores convivían con naturalidad y sacaron el equipo hacia adelante, pero este contexto explica la decisión de Mateo de aceptar ser el entrenador principal del Real Madrid pese a las formas de despido de su antecesor. Desde dentro del club se toma como una «decisión lógica», dadas las circunstancias, algo que ha entendido también como tal Laso, más allá de si comparte o no lo sucedido.
Mateo, un hombre de club
Chus Mateo acabó siendo un hombre de Pablo Laso en el Real Madrid, pero el origen de la relación ejerce de elemento explicativo, al menos, de la decisión del técnico madrileño de tomar las riendas del primer equipo tras el despido del que era su entrenador jefe. Juan Carlos Sánchez, en 2014, recurre a los servicios de Chus –y a los de Zan Tabak– como entrenadores asistentes de Pablo, después de un cese frustrado días antes, en medio del luto en el club por el fallecimiento de Alfredo di Stéfano. A Mateo no le fichó Laso, si no que fue el reemplazo de sus hombres de confianza, Hugo López y Jota Cuspinera, que pagaron entonces los platos rotos y fueron destituidos.
A partir de aquí, Mateo, reputado como entrenador ayudante, fue tomando peso en el equipo de Laso, al que más tarde se uniría, desde el equipo Junior, Paco Redondo. Lolo Calín, el cuarto hombre del equipo hasta hace unas semanas –ahora será el tercero–, también se destaca como un hombre de club, por lo que su continuidad es, como la de Chus, «lógica», tanto como puede considerarse el desgaste de la relación entre el último y el actual técnico del Real Madrid.