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Jornada 21 de Liga: Barcelona-Valencia

Soto Grado y el VAR se comen un penalti claro de Casadó sobre Almeida

El árbitro no vio en directo la patada del culé al pie del jugador del equipo che

Y el videoarbitraje tampoco entró a revisarlo de manera incomprensible

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  • Kike Sáez
  • Redactor de Fórmula 1 y de baloncesto en OKDIARIO y de lo que me echen. Apasionado del deporte y todo lo que le rodea.

El VAR dejó mucho que desear en la primera parte del Barcelona-Valencia. Pese a la goleada del equipo local, los de Carlos Corberán podrían haber tenido alguna oportunidad de ver puerta con el 3-0 todavía en el marcador si Soto Grado hubiera visto in situ un penalti claro de Marc Casadó sobre Almeida. El árbitro de campo no lo vio y Del Cerro Grande desde la sala de Las Rozas tampoco entró ni siquiera a revisarlo.

Todo lo contrario que lo que ocurrió acto seguido, cuando Fermín López marcó el cuarto del Barça en posición legal. En esa ocasión posterior, Soto Grado lo anuló, pero el VAR sí que entró para rectificar rápidamente la decisión arbitral y conceder el gol culé. Los de Hansi Flick arrasaron al Valencia en cuestión de media hora en el Olímpico de Montjuic y para colmo los árbitros se volvieron a equivocar en beneficio del Barcelona.

Minutos más tarde, el VAR le echó un tremendo capote a Szczesny, el estrambótico portero del Barcelona que este domingo volvía a liarla en la primera parte del partido contra el Valencia. El polaco, que repetía como titular en vez de Iñaki Peña por primera vez en Liga, arrolló a Hugo Duro dentro del área y cometió penalti claro. Soto Grado así lo consideró y además le sacó tarjeta amarilla, perdonándole la expulsión en un primer momento.

Sin embargo, el VAR iba a acudir a su rescate tan sólo cinco días después de que protagonizase varias acciones bochornosas en Champions, avisando a Soto Grado de que había una falta en la jugada previa de Gayá sobre Koundé. La dureza de la entrada era realmente escasa, pero aun así el colegiado al ir a la pantalla en el césped consideró que era digna de invalidar todo lo anterior y Szczesny se libraba de otro ridículo.