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Es su gran y único objetivo para 2024

Nadal se centra en la tierra

Rafa Nadal, tras su renuncia al Open de Australia, centra sus esfuerzos para llegar al 100% a competir en tierra batida

Roland Garros es el gran objetivo de Nadal, también los Juegos Olímpicos, y podría competir en Montecarlo, Madrid, Godó y Roma

  • Nacho Atanes
  • Redactor de deportes y canterano de OKDIARIO. Desde 2016 cubriendo la información de tenis. También baloncesto, fútbol, ciclismo y otros contenidos.

Después de un inicio de año ilusionante, coincidiendo con el retorno al circuito tras un año lesionado, Rafa Nadal tiene que lidiar con una nueva lesión que frenará su trayectoria en el que es, cada vez con más probabilidad, el último de su carrera profesional en el tenis. Nadal no podrá disputar el Open de Australia, después de sufrir un microdesgarro muscular en el torneo de Brisbane, por lo que su hoja de ruta, si bien ya estaba enfocada en ese camino, pasa encontrarse centrada totalmente en la temporada de tierra batida.

Cuando Nadal anunció su retorno, incluso en el tramo previo, aún de recuperación y ciertas incógnitas sobre si podría volver a jugar al tenis, el objetivo era claro, y rodeaba a una cita concreta, Roland Garros, y a una superficie, de modo más genérico, la tierra batida. Camino de los 38 años, Rafa Nadal conoce cuáles pueden ser sus limitaciones competitivas al más alto nivel, tras un periodo prolongado de baja, y sabe cuál es la mejor superficie para sus cualidades, en la que ha marcado una época y que le coloca en lo más alto, de manera inalcanzable si echamos la vista atrás y también si tratamos de adivinar lo que puede venir en el futuro.

Rafa Nadal en tierra batida es lo más dominante que se ha visto en la historia del tenis, y así lo demuestran sus 14 títulos en Roland Garros, los 12 en el Masters 1000 de Montecarlo, los 10 en el Masters 10000 de Roma, los 11 en el Trofeo Conde de Godó o incluso los 4 sobre la tierra de la Caja Mágica, en el Mutua Madrid Open.

Además, lo competitivo también se junta con la salud, y es que la tierra batida es la superficie menos lesiva para los tenistas, donde hay que hacer apoyos menos bruscos, y a estas alturas de su carrera, con un problema crónico en el pie –sufre el Síndrome de Müller-Weiss–, la lesión en el tendón del psoas y otras dolencias en la rodilla, para Rafa Nadal es muy relevante competir sobre un suelo en el que reduzca, notablemente, las posibilidades de caer lesionado.

Por todo ello, Rafa Nadal ya miraba hacia la tierra batida desde un inicio, en el planteamiento de su retorno tras un año lesionado, y lo hará ahora más si cabe, cuando debe perderse, de nuevo por lesión, aunque esta vez leve, la gran cita anterior a la temporada de tierra que tenía por el camino, el Open de Australia. Si bien Nadal sabía que, en condiciones normales, no iba a llegar a las rondas finales en Melbourne, la decisión de renunciar a jugar el primer Grand Slam de la temporada viene también dada por el riesgo de recaída, en forma de nueva lesión que le impida disputar los torneos de tierra que tanto desea jugar, puede que por última vez.

El plan de Nadal enfocado a la tierra

Por el momento, y así será al menos hasta que se conozca el diagnóstico de los médicos de confianza de Nadal, se desconoce cuál será el trayecto de Rafa en la primera mitad de temporada, donde se encuentran los meses en los que se disputan los principales torneos de tierra batida. La lesión sufrida por el tenista español, un microdesgarro en un músculo entre la pierna y la cadera, en su zona izquierda, no debería apartarle de la actividad tenística más de dos semanas, según fuentes consultadas, por lo que a partir de ahí, podrá elegir un calendario.