Llull y Rudy hacen zumo con Valencia Basket (85-71)
El Real Madrid se hizo con su decimocuarta victoria en Liga Endesa tras imponerse a Valencia Basket por 85-71 en un encuentro que quedará fijado como el de la primera exhibición dominante del curso de Sergio Llull y Rudy Fernández al unísono para destrozar a un rival grande. Ambos exteriores blancos marcaron la diferencia para romper el muro rival con un tercer cuarto dominante y un cierre de partido para disfrutar del líder de la competición doméstica, que lo seguirá siendo al menos una semana más.
No funcionaba el Real Madrid de inicio, que no pudo salir al contraataque ni una sola vez y se encontraba sometido a la hiperactividad de Valencia, que tuvo en Sikma al propulsor del juego. El hijo del mítico pívot de la NBA, Jack Sikma, corrió, pasó, reboteó y asistió para dejar la cara pintada a los madridistas en más de una acción. Se echaba en falta más dominio del lado blanco.
Uno de los nombres propios de este primer cuarto fue Jeff Taylor. Partiendo como titular en lugar de Maciulis, el sueco se movió con ganas en ataque, pero no pudo ejecutar los triples que le pidió el equipo. A cambio, en su aro sí estuvo acertado y recuperó hasta tres balones que equilibraron las pérdidas cometidas por los madridistas en un inicio que distó de ser el planteado por Pablo Laso. Una canasta –canastón– de Rudy al final de cuarto, maquillaba el marcador de un partido que comenzaba con ADN Valencia Basket, pura competitividad.
La defensa estaba más activa que de costumbre para equilibrar el desacierto en el tiro y Rudy, extramotivado jugando contra Sato, se hacía importante con su completa paleta de cualidades en una pista de baloncesto. Cuando el partido estaba prácticamente igualado, un flopping en toda regla del congoleño hizo explotar al banquillo madridista contra los árbitros. El Madrid había sudado sangre para reducir al mínimo la ventaja y esta decisión frenaba la marcha hacia el liderato provisional.
Jugaba el Chapu de nuevo y su presencia subió la intensidad y movilidad del Madrid, algo a lo que también colaboró Hunter, cuya entrada prácticamente siempre suma para el equipo. Sin embargo, el Valencia estaba poniendo un poco más de cada cosa, cuajando una gran actuación en el Palacio, en definitiva, y por ello se marcharon siete arriba al descanso.
La novedad en el tercer cuarto fue la entrada de un Carroll que había enchufado siete puntos en la primera mitad y pronto llegó a la decena para demostrar que el Madrid estaba en el partido. Rafa Martínez y Randolph se animaron a la fiesta de bombarderos y el encuentro, adalid del desacierto en la primera mitad, mutó en un espectáculo mucho más potable para el aficionado.
La intensidad no iba a bajar y con la vuelta a la realidad en ataque, los detalles comenzaron a desequilibrar. Ocurre que en este escenario el Real Madrid siempre destaca, simple y llanamente porque sus jugadores tienen una calidad extra en comparación con el 99% de los rivales, y dentro de esa calidad se encuentra Anthony Randolph, una especie de escolta taponador de 2’11 que con un nuevo triple le iba a dar las primeras ventajas del encuentro al equipo blanco.
El parcial era de 17-5 en el tercer periodo y la conexión Rudy-Randolph no solo lo aumentó sino que terminó de meter en el partido a los aficionados madridistas. Los exteriores daban de comer a los pívots y todo parecía idílico, de cuento, de un cuento en el que Valencia era el malo y estaba siendo cazado por las estrellas del Madrid, que ponían la ventaja por encima de los diez puntos antes de los últimos diez minutos.
Rudy para jugar, Llull para cerrar
La esperanza de Valencia Basket debió ser cuanto menos mermada con la canasta con la que Llull abría el cuarto final. Una carrera por toda la pista que acaba con una canasta a la media vuelta desde un lateral que entró limpia, como no. Pero los taronja, en su interminable y remarcaba actitud, siguieron en su misión de profanar el Palacio. Imposible, Nocioni, con un tapón, dejaba otro de los highlights de la jornada con un tapón espectacular.
Destacar a un jugador en una segunda parte tan coral es complicado, pero la progresión de Rudy sigue y su actuación frente a Valencia ya le coloca cerca del nivel deseado. Bueno no, buenísimo para el Madrid. Una canasta marca de la casa del balear ponía los catorce de ventaja como máxima y parecía dejar respirar a los blancos, que en cambio vieron como Llull tenía que regresar a cancha después de un parcial de 7-0 en contra.
Nada más entrar, entregó su duodécima asistencia a Taylor para que machacase y devolviera la calma al encuentro, que ya no iba a volver a peligrar para el Real Madrid, en gran medida gracias a la exhibición de la pareja balear madridista, la que debe llevar al equipo a la conquista de los títulos.
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