Griezmann lidera la fiesta del Barcelona

El Barcelona ganó con facilidad por 0-3 al Ferencvaros en un partido en el que a la media hora de juego ya estaba todo el pescado vendido. Los de Ronald Koeman se pasearon por Budapest sin Leo Messi pero dejando grandes sensaciones que invitan al optimismo de cara al futuro. Griezmann, Braithwaite y Dembélé hicieron los tantos del combinado azulgrana.

Con la clasificación matemáticamente conseguida, a los de Ronald Koeman sólo les faltaba meterse en el bolsillo la primera plaza para ser cabezas de serie en el sorteo de los octavos de final de la Champions League. Ante el Ferencvaros, un rival a priori asequible, el técnico holandés del Barcelona se permitió el lujo de dejar en la Ciudad Condal a Leo Messi, Ter Stegen y a Philippe Coutinho. Una suerte para los tres perderse el frío que había en Budapest a la hora del partido.

Para tratar de llevarse los tres puntos el conjunto azulgrana salió con uno de los mejores equipos posibles que podía presentar Koeman. Así, Neto formaba en la portería y Sergiño Dest y Jordi Alba actuaban en los laterales, estando Lenglet y Mingueza en el eje de la zaga. Por delante de ellos, en el doble pivote, Sergio Busquets y Miralem Pjanic, siendo los guardaespaldas de la siguiente línea formada por Dembélé, Griezmann y Trincao. Martin Braithwaite, que viene de marcar en los dos últimos partidos, actuaba como delantero centro del cuadro culé.

El Barcelona salió desde el primer minuto en busca del gol y a presionar arriba para complicarle la vida al combinado húngaro. El Ferencvaros no resistía la insistencia del cuadro azulgrana -aunque vestidos de amarillo en este partido- y perdían todos los balones a la hora de intentar salir tocando desde su campo. Al minuto llegó la primera ocasión de los culés tras un centro al primer palo de Sergiño Dest que Martin Braithwaite mandó fuera. Todo el equipo local estaba detrás del esférico salvo Nguen, que se quedaba arriba a la espera de alguna contra o algún pelotazo.

El Barça sentencia por la vía rápida

Sin Messi el fútbol es menos fútbol, y el Barcelona menos Barça, pero calidad sobra en el equipo de Ronald Koeman y viendo como transcurría el choque no podía tardar mucho en llegar el primero de la noche. Uno de los futbolistas más activos era Jordi Alba, que era un auténtico puñal por la banda izquierda. Una buena jugada de tiralíneas en la que participaron Dembélé, Griezmann y Braithwaite terminó con el lateral plantándose sólo ante el portero. Erró su disparo, pero la jugada estaba anulada por fuera de juego. Esto sirvió de primer aviso.

Al segundo el cuadro culé no perdonó. Otra combinación de lujo entre Dembélé y Jordi Alba terminó con el internacional español poniendo un centro que remató Griezmann de espuela y se la metió al guardameta entre las piernas. Gol del galo y el bailecito habitual de Antoine, que ya suma tres goles en los últimos tres partidos, como Martin Braithwaite, que unos minutos después también continuaría con su racha goleadora. Esta vez el asistente fue Ousmane, que desde el carril izquierdo dejó atrás a su marcador y poner el balón al área chica, donde el delantero danés se estiró para meter el pie y prácticamente sentenciar el encuentro a los 20 minutos.

Pero la cosa no iba a quedar ahí, los azulgranas querían más. Jordi Alba no es el mejor socio de Leo Messi, es el mejor aliado de todos. El lateral izquierdo se la dejó a un Trincao que no golpeó bien desde el punto de penalti y el cuero se fue por línea de fondo. Desde la misma posición del punto de cal acabaría poniendo el 0-3 en el 26′ Ousmane Dembélé. Carrerón de Braithwaite con el que supera a Frimpong pero acaba siendo derribado dentro del área por el defensa del Ferencvaros. El ex del Dortmund asumió la responsabilidad y, con su pierna derecha, engañó al guardameta rival y sentenció, aún más, el partido.

El Barcelona continuó en la búsqueda de un cuarto gol, pero la mala fortuna se cebó con Braithwaite. El ex del Leganés marró un mano a mano clarísimo con un disparo fue muy desviado. Minutos después el danés se toparía con el guardameta del Ferencvaros, que metió los puños para negarle el tanto al delantero del Barcelona. La defensa del cuadro húngaro era muy flojita, era superada en cada acometida culé y pudieron irse al descanso perdiendo por mucho más.

Bajón pensando en la Liga

A la vuelta de vestuarios hubo dos cambios: Junior y Frenkie de Jong entraban por Jordi Alba y Busquets. La primera ocasión fue del Ferencvaros. Sigér, desde la media luna del área soltó un tiro colocadito pero que pasó a un metro de la portería. Poco trabajo para Neto, que en la única que había tenido que intervenir en la primera parte estaba anulada por fuera de juego. La respuesta llegó rápidamente por parte de Ousmane Dembélé, que superó a un rival y chutó directamente al lateral de la red. El Barcelona había bajado dos marchas, por lo que el Ferencvaros se vino un poco arriba en busca del gol de la honra.

La marcha de Jordi Alba se notó. El Barcelona atacaba menos por la banda izquierda y eso pasaba factura. Había que rotar y dar descanso pensando en la Liga y, por eso, Ronald Koeman también hizo otro doble cambio a la hora de juego. Riqui Puig y Aleñá entraron al rectángulo de juego y se marcharon Lenglet, que ante Osasuna se fue lesionado, y Antoine Griezmann. Fue Ousmane Dembélé el que, tratando de convencer al técnico holandés, se echó la responsabilidad ofensiva a las espaldas. El ex del Dortmund se aprovechó de las facilidades que ponían los zagueros rivales para crear algunas ocasiones que no terminaron con gol.

De hecho, el Ferencvaros ya comenzaba a disfrutar de algunas ocasiones con las que maquillar el resultado, pero ahí estaba Neto. La mejor llegó tras un cabezazo de Roko Baturina, pero el guardameta brasileño del Barcelona voló para atajar el testarazo del croata. Si Dembélé lideraba el ataque de los culés, Trincao quería su primer gol como futbolista azulgrana. El portugués probó fortuna sin éxito y también Pjanic con un potente chut desde la frontal. Ninguno acabó en gol y a falta de unos diez minutos uno de los goleadores de la noche, Martin Braithwaite abandonaba el campo para dejarle su hueco a Konrad de la Fuente.

La guinda la pudo poner Riqui Puig, que inició una contra de lujo en la que terminó haciendo el pase de la muerte con Dembélé. El francés quiso ser generoso y trató de devolvérsela para que hiciera el gol el joven canterano que tan mal lo ha estado pasando estos meses, pero con tan mala fortuna que apareció un defensor para cortar ese último pase. Neto tuvo que intervenir en alguna ocasión más, pero el electrónico no se iba a mover más y el Barcelona es, salvo hecatombe en una semana ante la Juventus, primero en su grupo.