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Si no lo veo no lo creo: el sencillo truco de Martín Berasategui para que las albóndigas nunca queden secas

  • Ana López Vera
  • Máster en Periodismo Deportivo. Pasé por medios como Diario AS y ABC de Sevilla. También colaboré con la Real Federación de Fútbol Andaluza.

Pocas recetas evocan tantos recuerdos familiares como las albóndigas. Este plato clásico continúa ocupando un lugar privilegiado en la cocina casera y para muchas personas, lograr que queden jugosas por dentro sin que se deshagan ni se sequen durante la cocción puede parecer una misión imposible.

El prestigioso chef Martín Berasategui realiza una técnica sencilla para transformar unas albóndigas comunes en una auténtica delicia.

El truco infalible: remojar el pan en leche para obtener una albóndigas jugosas

Uno de los secretos mejor guardados para evitar unas albóndigas secas está en un ingrediente tan cotidiano como el pan. Según explica Cocina Fácil de Lecturas, para Martín Berasategui el pan remojado en leche es una de las claves para obtener una textura tierna y esponjosa. Esta mezcla, incorporada a la carne picada, evita que se compacte en exceso y actúa como aglutinante natural.

Lo ideal es usar pan del día anterior, trocearlo y empaparlo bien en leche antes de desmenuzarlo con las manos. Como toque extra, se puede añadir ajo y perejil picados al pan antes de remojarlo, aportando sabor sin esfuerzo adicional.

Qué mezcla de carnes es mejor para hacer albóndigas caseras sabrosas

Otro punto esencial es la selección de las carnes. Berasategui recomienda una combinación clásica de carne de ternera y cerdo, ya que el sabor de la primera y la grasa de la segunda crean un equilibrio perfecto. Pedir la carne recién picada en la carnicería también marca la diferencia, ya que las versiones envasadas tienden a perder frescura y humedad.

Una variante para aligerar la preparación consiste en añadir una porción de pollo picado. Esta combinación aporta una textura más ligera. Sin dudas, es ideal para quienes buscan una versión menos grasa de este plato tradicional.

Cómo hacer un sofrito casero para dar más sabor a las albóndigas

Un truco que eleva el sabor de cualquier albóndiga es preparar un sofrito previo. Cocinar lentamente cebolla y ajo hasta que estén dorados y luego integrarlos en la mezcla de carne, añade una capa de sabor profundo. Según recomienda este chef, dejar que el sofrito enfríe antes de mezclarlo es esencial para evitar que la carne se cocine prematuramente.

Además, se puede personalizar el sofrito con ingredientes como pimiento verde, puerro o un chorrito de salsa Worcestershire para obtener una mezcla aún más sabrosa y compleja.

Por qué dorar las albóndigas ayuda a conservar su jugosidad

El paso de sellar las albóndigas en una sartén caliente es crucial para conservar su jugosidad. Dorarlas rápidamente crea una capa exterior que actúa como barrera, evitando que los jugos internos se pierdan durante la cocción final.

Berasategui sugiere enharinar ligeramente las albóndigas antes de freírlas. Este paso contribuye a una textura más crujiente y ayuda a espesar la salsa o el caldo en el que se cocinen posteriormente.

Cómo cocinar las albóndigas en caldo para que queden perfectas

Una vez selladas, las albóndigas deben terminar su cocción en un buen caldo caliente. Para Berasategui, esta etapa es esencial. El líquido cuece la carne y le aporta sabor. Usar un caldo casero, ya sea de carne, ave o verduras, mejora considerablemente el resultado.

Como truco adicional, se puede añadir un chorrito de vino blanco al caldo. El alcohol se evaporará, dejando un toque aromático que transforma cualquier receta en una experiencia única.