Ni despensa ni congelador: el truco viral para que las fresas no se pongan negras en el frigorífico

Aunque hoy día se pueden encontrar fresas y fresones de invernadero prácticamente durante todo el año, la campaña de las fresas se extiende desde febrero hasta junio. Y como siempre es mejor consumir fruta de temporada, ahora es cuando conviene llevárnoslas a casa y disfrutar de su mejor momento.

Sin embargo, las fresas son en ocasiones un producto delicado. Si su estado de conservación no es perfecto, se estropean rápido en el frigorífico y se echan a perder en pocos días. La ausencia de cáscara también contribuye a que no duren tanto como los plátanos o las manzanas.

Si no quieres que esto te suceda, vamos a explicarte en este artículo una técnica muy eficaz para prolongar la conservación natural de estas frutas. Se trata de un truco muy sencillo, pero que se desarrolla en varios pasos.

¿Cuál es el truco para guardar las fresas en la nevera sin que se estropeen?

En primer lugar, es necesario lavar las fresas muy bien con agua templada (no fría ni caliente del todo), para eliminar los restos de suciedad que puedan tener.

Después viene el paso clave: las pasamos directamente a un recipiente con agua muy fría, preferiblemente con algunos cubitos de hielo preparados de antemano. Allí las dejamos reposar varios minutos, sin prisa. Esto permitirá que aguanten mucho más tiempo en el frigorífico.

Por último, un tercer paso que no puedes olvidar: jamás se debe almacenar fruta húmeda o mojada en la nevera. Por tanto, antes de guardarlas, sécalas muy bien con papel absorbente, asegurándote de que quedan bien secas tanto por arriba como por abajo.

Lo más importante de este truco es conseguir que las fresas se almacenen a una temperatura muy fría, pero sin rastro de humedad. Por tanto, debes poner todo el énfasis en secarlas rápido, para que no se atemperen.

Otras técnicas para conservar las fresas durante más tiempo

• No las laves hasta que las vayas a consumir: La humedad puede acelerar el proceso de deterioro. Es mejor guardar las fresas sin lavarlas, y solo enjuagar las que te vayas a comer.
• Elimina las fresas que ya estén dañadas: Antes de guardarlas, revisa el envase completo y quita cualquier fresa que esté dañada o mohosa. Esto evitará que el moho se propague a las fresas sanas. A veces esto sucede con piezas que están en el fondo del envase, y no se ven a simple vista.
• No las apiles ni amontones: si el espacio te lo permite, guarda las fresas en una bandeja amplia ocupando una sola capa. Así reduces la presión de unas frutas sobre otras, y evitas que aparezcan roturas o magulladuras. Cuando una fresa está ya rota, se estropeará más rápido.

Beneficios y propiedades nutricionales de las fresas

Las fresas, aparte de su excelente sabor, son una fruta muy valiosa desde el punto de vista nutricional. Estas son algunas de sus cualidades:

• Son ricas en antioxidantes: Las fresas contienen compuestos como la vitamina C y los flavonoides, antioxidantes que ayudan a combatir el daño causado por los radicales libres y reducen el riesgo de sufrir enfermedades crónicas.
• Muy bajas en calorías: Como casi todas las frutas, las fresas son bajas en calorías y ricas en agua. Ideales para complementar una dieta para perder peso.
• Fuente de vitamina C: Pues sí, la vitamina C, que ya sabemos que resulta esencial para el sistema inmunológico, no solo está presente en los cítricos.
• Beneficios cardiovasculares: El consumo regular de fresas puede reducir el riesgo de tener enfermedades del corazón, ya que contribuyen a mejorar los niveles de colesterol y la presión arterial.
• Regulación del azúcar en sangre: Las fresas presentan un bajo índice glucémico, lo que significa que no provocan picos rápidos en los niveles de azúcar en sangre, lo que las convierte en una buena opción para personas con diabetes.