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Una mujer encuentra un reloj Rolex de 250.000 dólares en un sofá de segunda mano

¿Te imaginas comprar un sofá de segunda mano y encontrarte un reloj valorado en 250.000 dólares? Esta es la historia de una mujer canadiense

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Aunque parezca ciencia ficción, esta historia ha sucedido realmente. La protagonista es una mujer canadiense que hace ahora cuatro años compró un sofá de segunda mano por 25 dólares. Hace apenas unos meses, cuando estaba sentada viendo la televisión, se le cayó el teléfono móvil entre los almohadones. Fue entonces cuando encontró el tesoro: un reloj Rolex conocido como Daytona 6241 Paul Newman. Es uno de los más sofisticados y exclusivos de la firma.

A continuación te contamos la historia y qué hizo finalmente la mujer con el reloj.

La historia del reloj de 250.000 dólares escondido en el sofá

Lo primero que hizo la mujer fue preguntarle a su padre si el reloj era de él, a lo que el hombre respondió que no ya que no podía permitirse un Rolex. Finalmente se puso en contacto con un conocido coleccionista de relojes, Paul Altiere.

Fue así como descubrió que se trataba de uno de los modelos de lujo de Rolex, fabricado en la década de los años 60. Tan solo se fabricaron 3.000 unidades, y solo unas pocas contaban con las esferas «Paul Newman».

En el año 2017 este modelo fue subastado por una suma de 15 millones de dólares. Uno de los asesores de Paul Altiere tasó el reloj y lo valoró en 250.000 dólares. A pesar de la enorme cantidad de dinero, la mujer se puso en contacto con la tienda donde compró el sofá para devolverle el Rolex a su dueño.

No obstante, habían pasado ya cuatro años y, por lo tanto, era del todo imposible localizarlo. Así que decidió venderlo e invertir el dinero en una nueva casa y en una operación de aumento de pecho.

¿Qué habrías hecho tú si encuentras un Rolex de 250.000 dólares escondido en el sofá? A veces la realidad superar la ficción, y esta es una de esas historias que mejor lo prueban.