Curiosidades
Una técnica que puede considerarse como una práctica de intimidación

Los delfines macho ofrecen regalos como arma de seducción

Quién no ha utilizado alguna vez la vieja estrategia de regalar algo a su pareja para poder solventar su enfado. La mayoría de personas del mundo se ha beneficiado de su buen gusto a la hora de buscar un presente que le guste a su pareja y lo ha utilizado como una auténtica arma de seducción. Pues bien, parece ser que los seres humanos no somos los únicos que utilizamos esta técnica ya que los delfines macho son expertos en este tipo de prácticas. Te lo contamos.

El delfín de la seducción

Delfín en pleno salto

Un novedoso estudio de la Universidad de Australia Occidental ha descubierto recientemente que los delfines jorobados son más parecidos a los humanos de lo que se creía en un principio. Parece ser que estos animales basan su vida sexual en la realización de regalos hacia las hembras. El motivo de todo esto se basa en la época de celo y el momento en el que los delfines quieren aparearse con mayor intensidad. Para ello, estos mamíferos son capaces de arrancar las esponjas del fondo marino como ofrenda para una hembra no muy convencida de aparearse. Sin olvidarnos de un curioso ritual de cortejo con el que los delfines macho adquieren una postura curva similar a la de un plátano.

Cabe destacar que este proceso conlleva algunos peligros para los delfines, ya que debido a la ausencia de manos, estos animales tienen que arrancar las esponjas con la boca. Una práctica arriesgada que suele generar algunos cortes en el hocico de los animales o la continua irritación que las esporas de la esponjas pueden generar en su piel. Eso sí, todo esto forma parte de una estrategia en la que los delfines macho quieren mostrar su resistencia y fortaleza para acabar de convencer a las hembras.

¿Seducción o intimidación?

Más intimidación que seducción

Según la gran mayoría de especialistas del estudio, este tipo de prácticas poco tienen que ver con la seducción tal y como la conocemos los seres humanos, sino más bien con una especie de intimidación. Es decir, el mensaje que los delfines macho quieren transmitir es que si les rechazan pueden tener problemas ya que son mucho más fuertes que ellas. Asimismo, los estudiosos comprobaron que los ejemplares que habían sido rechazados, arrojaban violentamente las esponjas que habían recolectado contra las hembras.