Xoel López en Madrid: vitalidad y calidez para despedir el invierno

No tendrán queja alguna por esperar estos meses aquellos que anoche cantaron y bailaron los ritmos del compositor gallego que trajo a la capital temas divertidos con un halo reflexivo y una peculiar personalidad soñadora, aspectos que han convertido a Xoel en uno de los artistas musicales más representativos de la escena independiente.

Pasaban las nueve de una noche más que primaveral cuando Xoel y sus músicos empezaron un carrusel de alegres emociones que iniciaron con ‘Jaguar’, alternando sin pausa pero sin prisa canciones escogidas de sus tres discos en solitario (‘Sueños y pan’ de 2017, ‘Paramales’ de 2015 y ‘Atlantico’ de 2012) , en los que quedan reflejadas sus raíces (como en ‘A serea e o mariñeiro), hace un guiño a Juan Luis Guerra (‘Hombre de Ninguna Parte’) , saca su lado desenfadado con ‘Yo solo quería que me llevaras a bailar’ o callejea ‘Por el viejo barrio’.

En el ecuador del concierto, la maravillosa ‘Tierra’ hacía corear al público aquello de «yo soñaba cada noche poder alcanzar la playa», para posteriormente hacer varios guiños al pasado con los ya míticos ‘El amor valiente’ o ‘Que no’, canciones de su etapa de Deluxe que ya forman parte del repertorio nacional.

No quiere sin embargo el cantautor gallego vivir de las rentas y ha ofrecido al público de Madrid –ciudad en la que reside actualmente tras paso por Galicia y Argentina (deliciosa ‘Patagonia’) y a la que dedica una de las canciones de su último álbum– todo un repertorio que culmina en una etapa más madura. Precisamente, la última canción elegida del concierto, ‘De piedras y arena mojada’, finaliza con un «no creo en los fantasmas» que en su caso materializa una carrera más que sólida.

Con más de 20 años de trayectoria a sus espaldas, 14 álbumes, numerosas giras e incontables festivales, Xoel se ha convertido en uno de los artistas más influyentes de España, capaz de transmitir una energía y optimismo que han quedado reflejados en el concierto de anoche, en una carpa acristalada que cuenta con más de 1.600 m2 y un diseño disruptivo en pleno ruedo de la madrileña plaza de Las Ventas.