Catorce habitaciones cinco estrellas en el corazón histórico de Palma. Inés y Enrique Miró-Sans son los dos hermanos detrás de Portella, una residencia del siglo XVII rehabilitada donde se esconde un mágico y coqueto hotel boutique lleno de encanto. Diseñado por el prestigioso estudio parisino Festen, en el que es su primer encargo en España, junto con el estudio de arquitectura GRAS Reynés Arquitectos. Las 14 habitaciones están equipadas con los más altos estándares de calidad, a la vez que abrazan la esencia de la cautivadora capital mallorquina.
Dos hermanos al frente de una joya arquitectónica en el corazón del pintoresco casco antiguo y a tan sólo cinco minutos a pie de la playa. «Nuestro padre viajó a Palma con la intención de comprar un local comercial, pero vio que los precios eran muy altos. En el interin de la visita le presentaron un edificio que nada tenía que ver con lo que iba buscando. Si esto fue un martes, el mismo jueves estaba volviendo a la isla para firmar la compra, se enamoró por completo. Viendo la tendencia que seguía la isla vimos un hueco en el sector high end -de gama alta- a nivel de producto, y de ahí surgió la idea de hacer un hotel», explican a COOL.
Hablando con Inés y Enrique les preguntamos qué hace tan especial a este hotel que definen como hogar. «Por un lado, el propio edificio, al respetar al máximo la distribución original de los espacios, han quedado zonas que realmente te hacen sentir como en un hogar, pequeños rincones donde recogerte… El salón donde poder socializar pero dentro de un ambiente muy íntimo, junto con el patio como elemento de unión central del edificio. En segundo lugar, lo que ofrecemos y cómo lo ofrecemos. Hemos intentado realizar una propuesta de servicios personalizada junto con una oferta de comida y bebida como la que te ofrecería el dueño de la casa en caso de ser su huésped. Por último, el equipo en sí, buscamos mucha simpatía y cercanía», explican.
Abrieron el pasado 14 de febrero, una fecha marcada por Cupido en el calendario. «La obtención de licencia y la obra han sido procesos largos y duros. Al planificar el soft opening y apertura, vimos que caía en febrero, no había mejor día que el 14, después de todo el amor que le hemos puesto. Algo más personal que comercial…», explican.
Diseño y decoración
Algunas de sus espaciosas habitaciones pueden unirse para formar generosas suites de hasta 80m2, equipadas con cocinas personalizadas y bañeras independientes. Cada detalle del diseño se nutre del entorno, desde los cercanos Baños Árabes hasta los vínculos históricos con Italia, manteniendo al mismo tiempo una atmósfera apacible y acogedora.
Portella es fruto de un proyecto de rehabilitación a medida, dirigido por el despacho de interiorismo Festen junto con el estudio de arquitectura GRAS Reynés Arquitectos. Este último, con más de 17 años de experiencia, ha desempeñado un papel fundamental en la adaptación del hotel, destacando por su enfoque personalizado y su capacidad para integrar la estructura de manera única en el entorno.
Para el interiorismo han contado con el estudio parisino Festen en el que ha sido su primer trabajo en España. «En el momento que localizamos a Festen fue hace 7 años. Por aquel entonces el estudio empezaba a crecer, vimos rápidamente que tenían capacidad para trasladar el concepto del Mediterráneo en distintas formas y pensamos que serían un buen encaje para respetar la esencia de la casa y trasladar ese espíritu de casa de un artista como si hubiese estado ahí toda una vida. Si te fijas, el espacio parece que haya estado ahí toda la vida y eso es lo que nos gusta del resultado».
El deseo de fusionar las tradiciones y la historia local se convirtió en el pilar del diseño del hotel por parte de Festen, persiguiendo la creación de «un refugio secreto, más que un lugar de moda».
Los suelos, hechos de terracota local, presentan dibujos inspirados en los de los Baños Árabes. Las paredes, encaladas en tonos suaves, amplían el espacio y realzan su encanto acogedor, mientras que los muebles, confeccionados a medida en hierro y roble, se armonizan con las características originales del lugar o con piezas antiguas cuidadosamente seleccionadas tanto en España como en Francia. Otra pincelada de autenticidad local la aporta la colaboración con la cristalería familiar Gordiola, cuyos 400 años de tradición y experiencia se reflejan en una exclusiva línea de lámparas diseñadas especialmente para el hotel.
Portella no es el único proyecto que tienen entre manos los hermanos Sans-Miró. «Siguiendo el modelo de Portella tenemos un proyecto en Cadaqués, a diferencia de este contará con un restaurante abierto al público. También, estamos buscando localizaciones en San Sebastian, Bilbao, Madrid, Sevilla, Oporto y Lisboa, entre otras», concluyen.
