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Lactancia materna

Protectores de pezones: qué son, cuándo se necesitan y cómo usar correctamente

Descubre cómo es la lactancia materna mediante el uso de protectores de pezones. Aprende más sobre estos dispositivos, cuándo se usan y cómo utilizarlos de manera correcta.

La lactancia  materna es un proceso esencial en la vida de tu bebé, pero también un momento en el que la madre lactante no tiene porqué sufrir o sentir dolor, de modo que siempre es posible recurrir a una solución que parece haberse convertido en bastante popular. Os hablamos ahora de los protectores de pezones: qué son, cuándo se necesitan y cómo usar correctamente.

Qué son los protectores de pezones y cómo elegir

Los protectores de pezones son unos pequeños dispositivos que tienen una forma similar a los pezones y que se pueden aplicar encima de estos de modo que pueda facilitarse la lactancia en presencia de algunas complicaciones . A veces, sin embargo, se usan incorrectamente, derivando esto en ciertos riesgos que también os vamos a señalar.

Este tipo de dispositivos se pueden encontrar en distintos materiales aunque los que más se venden y los que más se aconsejan son aquellos que están hechos de silicona, que son más delgados y permiten una buena adaptabilidad al seno de la madre, sin evitar la estimulación sensorial del seno que es la base de la producción de leche.

Forma y tamaño

Al margen del material del que están hechos, los protectores de pezones para la lactancia, pueden variar también en forma y tamaño. La punta, por ejemplo, puede ser más cónica o más redondeada, por lo que se deben elegir según las características de la madre y el niño. Por un lado, los protectores de pezón deben adherirse bien al seno sin estar demasiado apretados en la base, por otro lado, sin embargo, no deben ser demasiado largos o demasiado cortos en comparación con la boca del bebé.

Si quieres saber qué es mejor para el bebé y para su lactancia, será bueno que hagas una prueba sencilla que consiste en colocar el dedo índice en la boca con la punta de los dedos hacia arriba hasta el punto de unión entre el paladar duro y el paladar blando, en este punto haces una marca en el dedo donde toca el labio superior. La distancia entre la punta del dedo y la de la marca representa la medida de la boca del niño, a partir de la base de la cual elegir el protector del pezón. Normalmente dicha distancia suele ser de unos dos cm, pero puede ser unos milímetros más corta o más larga.

Por otro lado, cuando sepamos el tamaño del protector del pezón en función de la boca del bebé, tendremos que verificar que también que se adapte bien a las características del seno de la madre. En este sentido, los protectores de pezón más cortos generalmente también tienen una base más estrecha, por lo que puede no ser bueno si la base del pezón materno es muy amplio (riesgo de lesión).

Cómo aplicar los protectores de pezón

Lo mejor para asegurarnos que los protectores van a quedar bien sujetos, es sumergirlos primero en  agua caliente durante unos minutos antes de aplicarlos: De esta forma, las alas laterales se vuelven más elásticas y el protector de los pezones es más fácil de aplicar.

Cuando los tengas que colocar, debes tirar de las aletas hacia los lados con la ayuda de los pulgares, empujando la parte central hacia afuera. En este punto, y cuando veas que la parte central ya descansa sobre el pezón y sueltas las aletas para que se puedan pegar bien a la piel creando un pequeño vacío.

Si los protectores de pezón se aplican bien, permanecerán pegados sin que tengamos que sujetarlos mientras el bebé succiona.

Después de cada uso, deben lavarse bien con agua caliente y esterilizarse al menos una vez al día.

Cuándo usar

A veces, los protectores de pezones para la lactancia se compran incluso antes de que nazca el bebé, pero lo cierto es que su uso es bastante limitado. Estos son los casos en los que es mejor usar el protector de pezón:

Las posibles desventajas

Las desventajas del uso de los protectores de pezones radica en el hecho de que a veces, en presencia de este dispositivo, el niño no coge el pezón adecuadamente, si bien puede volverse un poco más superficial y central, y existe el riesgo de que el bebé solo tome la tetina de silicona y, por lo tanto, solo el pezón, y cuando esto sucede, aumenta la posibilidad de fisuras. Además, el enganche incorrecto puede conducir a una mala succión por parte del bebé y al riesgo de atascos, que podrían ser seguidos por mastitis o abscesos y, por otro lado, a una reducción progresiva en la producción de leche.

En otras ocasiones, puede suceder que los bebés se acostumbren tanto a succionar el protector del pezón que ya no puedan alimentarse de otro modo, con el resultado opuesto al que se utilizó este dispositivo, que fue precisamente para facilitar la lactancia materna .

Es por eso que los protectores de pezones no deben ser algo especial o algo que criticar, sino ser considerados herramientas transitorias para que la madre pueda alimentar correctamente a su bebé.