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Los ‘sintecho’ se plantan en el centro de las Avenidas de Palma entre montones de cajas

La Policía acude "casi a diario" por los problemas que generan, pero admite que "no pueden hacer nada"

Comerciantes y vecinos soportan como pueden a estos indigentes, a los que ven drogarse y armar follón

De fondo se escucha cómo alguien tose. Se acaba de despertar. También se le oye sollozar. Entre cajas de cartón amontonadas conviven hasta seis personas en el centro de las Avenidas de Palma, frente a una gran superficie comercial. «Son de aquí», explica a OKDIARIO el propietario de un bar que está justo al lado del improvisado hogar.

Los sintecho que se han instalado allí han aprovechado que la tienda que había en ese mismo lugar cerró hace ya dos años. Se han adueñado de la zona, por la que pasan a diario cientos de viandantes, donde además están cubiertos y malviven entre cartones y mantas para resguardarse del frío.

«Cuando pasa el camión de Emaya a veces les da un susto. Echa agua contra los cartones y se les cae la casa», añade Luis, que regenta una cafetería que linda pared con pared con los seis indigentes. «Lo que ocurre es que las dependientas de las tiendas de al lado dejan fuera del establecimiento las cajas que ya no usan y con ellas se han podido montar una buena estructura. Que eso debe de estar pegado con celo o con cola, se ve resistente», añade.

Luis reconoce que la situación «no es nada cómoda». Ni para él y sus clientes, ni tampoco para los vecinos. «A veces he tenido que ver cómo se pinchaban. Yo no creo que trabaje ninguno, pero se drogan. Suelen armar follón, con gritos, pero lo peor de todo es la suciedad que van generando», relata el dueño de esta cafetería.

«Hubo un día incluso que hicieron un fuego y empezaron a torrar carne. Ese día aluciné. La Policía viene aquí casi cada día, aunque dicen que no pueden hacer nada. Esta gente está en la calle y se encuentra ahí porque no tiene un lugar al que ir», explica Luis.

No son pocos los viandantes que se detienen frente a las cajas amontonadas. Y es que son muchas las personas que pasean por esa parte de la Avinguda Alexandre Rosselló y se quedan perplejas ante semejante asentamiento. Se encuentra en el centro neurálgico de Palma, que enlaza la gran zona comercial de la capital, con la calle Aragón y calle Sindicato, y frente a unos conocidos grandes almacenes.

La proliferación de asentamientos de indigentes se ha convertido en un auténtico dolor de cabeza tanto para los vecinos de Palma como para los gobernantes. Se instalan en cualquier zona de la capital balear, no sólo en áreas abandonadas y lejos de la civilización. Ahora ocupan también los lugares más concurridos de la ciudad.

Hace unos meses, el Ayuntamiento de Palma puso fin a un asentamiento de chabolas que llevaba más de seis años instalado en el céntrico parque de Ses Estacions, en uno de los laterales de la transitada zona verde. En la calle Marqués de la Fontsanta, bajo una de las pasarelas que atraviesa una de las salidas de la subterránea Estación Intermodal, había un asentamiento de indigentes que era permanente por los años que llevaba.

Se almacenaban toda clase de enseres y basuras, incluida una placa solar inutilizada, para sorpresa de los miles de transeúntes que cada día cruzaban la zona. En apenas nueve meses en el cargo, el alcalde Jaime Martínez eliminó todo vestigio chabolista en Ses Estacions.

Algo más alejados del corazón de Palma, en el barrio de Nou Llevant, conviven una decena de personas. Ahí se cuentan hasta 15 tiendas de campaña junto a urbanizaciones de lujo. En ellas habita, en su gran mayoría, gente que trabaja pero que no puede acceder al alquiler de una vivienda por los precios desorbitados.

Personas de distintas nacionalidades -hay también españoles- conviven en un espacio al aire libre, pero sin un lugar habilitado para hacer sus necesidades, lavar la ropa o cargar su teléfono móvil. «Para tener batería tengo que ir a un bar y pedirme un café», explicaba recientemente a OKDIARIO uno de los residentes.