La economía española, la que más se desacelera del mundo

El Fondo Monetario Internacional ha lanzado un jarro de agua fría sobre la economía española: la desaceleración de la demanda interna y de las exportaciones está siendo más intensa de lo previsto en octubre y sus secuelas se notarán con fuerza en el crecimiento de este año, por lo que rebaja las previsiones de crecimiento para 2020 y 2021 hasta el 1,6 por ciento, dos décimas y una, respectivamente, menos de lo previsto en su anterior informe.

No hay un sólo país desarrollado en el mundo que haya sufrido por parte del FMI una rebaja en sus previsiones como las que ha registrado España, consecuencia del progresivo deterioro de nuestra economía. Y eso sin tener en cuenta los efectos de la política económica que desplegará el Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez, dispuesto a echar por tierra las reformas del anterior Ejecutivo del PP. El programa económico pactado entre socialistas e izquierda radical derogará la reforma laboral y subirá los impuestos en un contexto de pronunciada desaceleración, lo que agravará aún más la situación, según coinciden en señalar todos los expertos.

Si se añade el hecho de que la inversión extranjera en España es la menor desde hace cinco años -en los primeros nueve meses de 2019 la inversión bruta en nuestro país cayó un 61% en relación con el mismo periodo de 2018-, el futuro viene precedido de innumerables señales de alarma. La alianza entre socialistas y comunistas ha disparado el temor de los inversores foráneos. Medidas como la elevación del tipo mínimo en Sociedades para las grandes empresas o la puesta en marcha de tasas para las transacciones financieras o las grandes sociedades tecnológicas auguran un escenario negro.

Si antes de que se pongan en marcha las medidas del nuevo Ejecutivo el FMI ya pronostica para España el mayor recorte en sus previsiones de crecimiento de entre todas las naciones desarrolladas, asusta pensar en lo que puede ocurrir cuando el impacto negativo de esas medidas se haga realidad.