El presidente de Azerbaiyán, anfitrión de la COP29, defiende que el petróleo es «un regalo de Dios»
La cumbre climática aboga en Bakú por reducir el uso de combustibles y redoblar la financiación para ayudar a los países más pobres
António Guterres ha pedido que "los que contaminen paguen" y ha reclamado impuestos sobre el transporte marítimo, la aviación y la extracción de combustibles fósiles
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, anfitrión de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP29, ha insistido este martes desde este foro en que el petróleo es «un regalo de Dios», en una controvertida defensa de los recursos fósiles de los que dispone su propio país.
La cumbre del clima, que reúne estos días a casi 200 estados y a la Unión Europea (UE) para afrontar en Bakú, capital de Azerbaiyán, se enfrenta al reto de aumentar la financiación climática internacional sin olvidar concretar medidas para rebajar las emisiones con la reducción del uso del petróleo, dos de los ejes principales de la COP29, que tendrá lugar del 11 al 22 de noviembre.
La ONU, contra los combustibles fósiles
Precisamente, la reducción de emisiones está íntimamente ligada, según los científicos, con la contaminación producida por el uso de los combustibles fósiles, uno de los mayores recursos de los que dispone el país que acoge la cumbre, una situación que ha producido bastantes comentarios en la comunidad internacional.
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha lanzado este mismo martes un alegato contra los países más contaminantes, a los que ha instado a ponerse en primera línea de la lucha contra el cambio climático, y ha advertido de que «redoblar la apuesta por los combustibles fósiles es absurdo», ya que «la revolución de las energías limpias ya está aquí».
«La gente los necesita»
Las declaraciones de Aliyev, que ha negado que Azerbaiyán pueda catalogarse como un «petro Estado», un país del petróleo, se contraponen con la intervención anterior del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, que ha pedido que «los que contaminen paguen» y ha reclamado impuestos sobre el transporte marítimo, la aviación y la extracción de combustibles fósiles.
Tras la intervención del máximo mandatario de la ONU, el presidente de Azerbaiyán ha cargado contra las «noticias falsas» que, a su juicio, intentan perjudicar la imagen de su país, hablando en concreto del petróleo que tiene su país. «No se debería culpar a los países por tener (recursos fósiles) ni por llevarlos al mercado, porque el mercado los necesita, la gente los necesita», ha alegado.
Así, ha equiparado el petróleo o el gas con otros recursos naturales, entre ellos el oro y el cobre, pero también el viento o el sol. «Acusarnos de tener petróleo es como acusarnos de tener más de 250 días de sol al año en Bakú», ha apostillado el presidente, que gobierna Azerbaiyán desde hace casi dos décadas.
In his #COP29 speech, Aliyev complained about Western «fake news media», again called Azerbaijan’s gas reserves a gift from God, and bragged about the ethnic cleansing of Nagorno-Karabakh.
Reminder: this is a climate change conference pic.twitter.com/HLEFZQyKuC
— Lindsey Snell (@LindseySnell) November 12, 2024
«El cambio climático mata»
Así mismo, el presidente del Gobierno español, en una de sus comparecencias en la COP29, ha culpabilizado al cambio climático de la tragedia de la DANA, que se ha cobrado la vida de más de 200 personas en España.
«El cambio climático mata. Lo que ha pasado en Valencia no es un hecho aislado, pasa todos los días en cada rincón del planeta, no podemos mirar a otro lado, debemos actuar», ha señalado Sánchez
Reducción de emisiones
La Agencia Internacional de la Energía estima que el petróleo y el gas representan alrededor del 90 por ciento de las exportaciones azeríes, un contraste para una COP29 que aspira en principio a terminar de sentar las bases sobre transición energética y contener la emergencia climática.
Al margen de la financiación, Guterres ha pedido que los países reduzcan emisiones y que hagan más para proteger a su pueblo de los estragos de la crisis climática.
En un primer caso, ha solicitado que en esta cumbre del clima se acuerden reglas para el desarrollo de unos mercados de carbono «justos y eficaces», que «respeten los derechos de las comunidades locales y que no dejen espacio para el greenwashing o el acaparamiento de tierras».
Duplicar la financiación
En un segundo caso, ha reclamado que los países desarrollados dupliquen la financiación para la adaptación hasta al menos 40.000 millones de dólares al año para 2025.
En este aspecto, ha recordado que la brecha entre las necesidades de adaptación y la financiación podría alcanzar hasta 359.000 millones de dólares al año para 2030, que equivalen a «vidas y cosechas perdidas y desarrollo negado». A su vez, ha reclamado un aumento en las promesas de contribuciones al nuevo Fondo de Pérdidas y Daños.
Desde su punto de vista, «todos los países deben hacer su parte, pero el G20 debe liderar» ya que «son los mayores emisores, con mayores capacidades y responsabilidades».
En líneas generales, ha incidido en que «ningún país se salva» de los desastres climáticos y que «los ricos causan el problema, pero los pobres pagan el precio más alto».