Llegó la hora de la verdad. Ya no hay margen para el error. El fallo permitido se produjo ante Japón. Un golpe con airbag que llevó a España a acceder como segunda de grupo a los octavos de final, pero, en principio, a ir por un camino mucho más asequible hasta semifinales. Ha evitado a Argentina y Brasil, ambas ya en cuartos, aunque en el horizonte esperará Francia o Inglaterra. Eso sí, antes debe superar Marruecos, una de las grandes revelaciones del Mundial que ha conseguido superar en su grupo a Croacia, vigente subcampeona del mundo, Bélgica, tercera, y Canadá.

Desde la Qatar University de Doha nadie se fía de Marruecos. «Japón exige mucho, pero Marruecos te obliga a darlo todo y, encima, te ponen más trampas dentro del campo», aseguran desde el vestuario de la selección española. Además, están convencidos de que físicamente los marroquíes serán muy fuertes. Creen que su partido pasará por asfixiar al centro del campo de los hombres de Luis Enrique, lo que les pondrá en muchísimos problemas como ya pasó con los nipones.

Para este encuentro, la principal duda de Luis Enrique está en el lateral derecho, ya que la presencia de Morata arriba parece segura. Carvajal o Azpilicueta pelean por un puesto. Los dos han jugado partido y medio hasta el momento y Luis Enrique debe elegir ahora quién juega en octavos. En principio, el jugador del Real Madrid parte con ventaja, ya que el capitán del Chelsea sufrió un golpe en el gemelo contra Japón y no se ha podido entrenar con normalidad hasta la sesión previa al choque. El resto del equipo será el esperado, con la incógnita de si Ferran o Asensio formarán en el lado diestro del ataque.

España llega a este encuentro muy concentrada y con la lección aprendida. No quieren que vuelva a repetirse lo que sucedió contra Japón en la tercera jornada de la fase de grupos del Mundial. El vestuario español terminó tocado el duelo ante los nipones, pero al día siguiente la moral de la tropa fue creciendo para llegar a este partido al cien por cien.

Un peligro constante

Enfrente estará una Marruecos que regresa a unos octavos 36 años después, invicta en Catar y con el cartel de revelación del torneo. Los Leones del Atlas son el único combinado africano que sigue vivo en el Mundial, después de avanzar como primeros en un grupo muy exigente, junto a Canadá, Croacia y Bélgica.

Tras un trabajado empate (0-0) ante la selección ajedrezada en su debut, los marroquíes protagonizaron una sorpresiva victoria (0-2) frente al polvorín belga para tener acercar el sueño de las eliminatorias. Una empresa que certificaron con un solvente triunfo contra los norteamericanos (1-2), gracias a un estilo técnico e incisivo, a la vez que poderoso.

Walid Regragui, seleccionador desde hace tres meses, ha logrado armar un bloque sólido gracias a la figura del ‘tapado’ Sofyan Amrabat, pivote que sostiene el rocoso engranaje africano. Aunque su mayor amenaza serán los punzantes y habilidosos extremos Hakim Ziyech y Sofiane Boufal, acompañando al sevillista Youssef En-Nesyri, que llega con la flecha hacia arriba tras su segundo gol en Mundiales -primer marroquí que lo logra-.

«Vamos a saltar al césped con mentalidad ganadora. Queremos ganar, pero tengo todo el respeto por y para España. Estamos en octavos y se resolverá en detalles. Debemos dejar a un lado la parte emocional y sacar lo mejor de nosotros mismos. Ellos tienen más experiencia, pero esperamos hacer saltar la sorpresa», indicó el técnico sobre pisar los cuartos por primera vez en su historia.