Primeras palabras de Miguel Báez ‘el Litri’ tras conocerse su separación
Miguel Báez ‘el Litri’ (48) y Carolina Herrera (47) han decidido darse un tiempo tal y como ha anunciado este miércoles la revista ‘¡Hola!’. LOOK se ha puesto en contacto con el torero, quien, muy compungido durante toda la conversación, ha hecho gala de su discreción habitual pero también ha sido rotundo al respecto. «Sí, nos hemos dado un tiempo de reflexión». Sin embargo, nada es definitivo. El diestro ha querido «agradecer la preocupación» mediática y no cierra las puertas a este digital de una posible reconciliación con la hija de la conocida diseñadora de moda. «Aún es muy pronto para comunicados oficiales ni para hablar de separación definitiva», confirma contundente.
La pareja no quiere dar pasos en falso. Necesitan un periodo de calma y de tranquilidad para pensar, principalmente, por el bien de Olimpia (12), Miguel (11) y Atalanta (9), sus tres hijos en común y el pilar fundamental que ha sostenido su amor durante más de una década. Precisamente, los tres retoños acaban de pasar unos días en Punta Umbria (Huelva) con su padre, justo antes de viajar hasta Nueva York, donde están actualmente junto a su madre, sus abuelos maternos, Carolina y Reinaldo Herrera, y su tía Patricia. Por esta razón, LOOK ha tratado de ponerse en contacto con Carolina Adriana, la otra protagonista de la historia, pero no ha querido hacer declaraciones al respecto.
Miguel Báez y Adriana Carolina en el Rocío de Sevilla en 2014 / Gtres
El torero y la diseñadora se conocieron cuando ella abrió una boutique de ropa en Sevilla en 2002. Solo dos años más tarde, el 19 de junio de 2004, ambos se casaban en la finca Dehesa Los Guateles, propiedad del diestro. Poco tiempo después nació Olimpia, la primera hija que consolidó aún más el matrimonio. Un año más tarde nació Miguel, el segundo retoño, y solo dos años después, la pequeña de la casa. Desde entonces y hasta la fecha, la relación entre ellos ha sido un ejemplo de estabilidad. Quizá ese sea precisamente el motivo de que antes de tomar una decisión definitiva, quieran pensárselo muy mucho.