María Teresa Campos estará presente en el debate de ‘Superviventes’ de este domingo
El próximo debate de ‘Supervivientes’ dará mucho que hablar, y es que una vez más serán Edmundo Arrocet y María Teresa Campos los protagonistas indiscutibles de ‘Conexión Honduras’. Eso sí, será por un motivo completamente distinto. La que fuera presentadora de ‘¡Qué tiempo tan feliz!’ estará presente durante el programa, aunque por teléfono, según han asegurado durante este viernes en ‘Sálvame’.
Lo cierto es que, este hecho haría olvidar a algunos las polémicas declaraciones de la malagueña, donde aseguraba serle indiferente «si Bigote se moría de hambre». La Campos llega para mandarle una inyección de ánimo, tras haberse recuperado en un tiempo récord del ictus cerebral que sufrió el pasado 24 de mayo. Una llamada que llegaría tan solo una semana después de haber recibido el mensaje emotivo de su hermana pequeña, enferma de cáncer. Esta dosis de optimismo podría impulsar de nuevo la actitud del humorista, quien hace semanas era acusado de pasar desapercibido entre sus compañeros.
La periodista María Teresa Campos, Terelu y Carmen Borrego /Gtres
Un comportamiento que, sin duda, ha despertado los celos de Jorge Javier. El presentador prefería que la llamada se realizara en uno de los días en los que él dirige el programa. Sin embargo, la malagueña ha decidido hacerlo en el debate y es que entre ambos existe una relación tensa actualmente. ¿El motivo? El trato ‘humillante’ que supuestamente Jorge Javier le ha dado a Edmundo.
El mensaje de María Teresa llega después de haberse conocido este jueves, que ha recuperado la visión completa en los dos ojos. Una evolución que ha sorprendido profundamente a los médicos:»Ella tenía la visión conjunta afectada, veía doble y a veces hasta triple las figuras, pero ahora se estaban estrechando. Se ha despertado, ha abierto los ojos y ha conseguido ver solo un objeto. Le ha entrado alegría y miedo».
La colaboradora desveló entonces el verdadero temor de su madre, que no era otro que volver al estado en el que se encontró nada más sufrir el ictus: «Ella tenía miedo de ahora ir para atrás de nuevo. La neuróloga le ha dicho que ya no tiene que hacer ejercicios, solo hacer vida normal».