Lo que Isabel Pantoja jamás podrá perdonarle a Dulce
Corría el año 2014 cuando Dulce Delapiedra abandonaba Cantora. La finca de Isabel Pantoja era su casa y la tonadillera, su familia. “La hermana que nunca tuve” llegó a afirmar en una entrevista. Allí había vivido desde los 19 años, había criado a Kiko y después a Isa y había sido cómplice y conocedora de todo lo sucedido en la familia Pantoja. Que no es poco.
No era solo la niñera. Era la asistente de Isabel, su mano derecha, su ‘mujer para todo’. Llegó a prometerle que “envejecerían juntas” cuando estuvo a su lado en momentos especialmente duros. Nada más lejos de la realidad. Ni la una ni la otra han llegado a la vejez y ya hay entre ellas un abismo. Un abismo que ya era grande y que ha crecido aún más, si cabe, tras las declaraciones de Dulce, este sábado en ‘Sábado Deluxe’.
Dulce, junto a Isabel Pantoja y Chabelita, en la inauguración del restaurante Cantora en Fuengirola en 2001 / Gtres
Fuentes de toda solvencia muy cercanas a la tonadillera confirman a LOOK que Isabel está muy dolida y muy enfadada por lo sucedido el sábado en el plató de Telecinco. Aunque entre ellas la relación ya era nula, la artista no esperaba que Dulce contara jamás las intimidades del que fuera su hogar en una entrevista. Cierto es que hablar de Isabel no era su objetivo, ella quería defender a Chabelita de las acusaciones de su todavía marido Alejandro Albalá, pero fue inevitable tocar algunos temas. Acabó contando como fue su salida de la finca y lo poco que cobraba cuando trabajaba allí.
Tal como LOOK adelantó en exclusiva y como la abogada de Isabel Pantoja nos ha confirmado, esta trató de hacer llegar una notificación a Dulce horas antes de sentarse en ‘Sábado Deluxe’ para impedirle hablar, pero finalmente no la recibió y la entrevista trascurrió con total normalidad. Una entrevista que Pantoja no pensó que llegaría. Pero que viene precedida de muchos otros momentos que Dulce no pensó que viviría.
Este nuevo reves ha acabado con cualquier tipo de posibilidad de acercamiento entre ambas,así se lo afirma la citada fuente a Este medio. No le perdona que finalmente se haya sentado y de una exclusiva hablando de ella, no le perdona que ‘se una al enemigo’. Isabel con Jorge Javier también corto por lo sano, y se entregó a Pablo Motos en su primera y hasta ahora única entrevista en televisión. Dulce se se sentó con ‘el enemigo’ y para colmo de osadia, habla de ella, de cuanto y que poco le pagaba, de su deseo de envejecer juntas, de que no quería que se marchara, de ese lugar que ella no nombra: la carcel…
En definitiva no le perdona que se haya atrevido. Dulce comió de su mano muchos años, más de la mitad de su vida. Despedida con malos modos y, según apuntó el periodista Antonio Rossi, amenazada y apartada de su vida para siempre, Dulce se ha pasado al bando de los que hablan, de los que dan entrevistas, como su propia hija, Isa. Eso Pantoja no se lo perdona.
Y Dulce no le perdona su amarga despedida
Tras más de 25 años juntas y tantos momentos vividos, la asistenta jamás imaginó que después de una baja por problemas de espalda, la primera de su vida, sería despedida, le pondrían muchas trabas para cobrar la indemnización que le correspondía y, además, la dejarían sin derecho a réplica. Pues no fue Isabel la que habló con ella para comunicarle su despido, fue su hermano Juan quien lo hizo en su lugar.
Dulce acompaña a Isabel Pantoja en el día de la Confirmación de Chabelita / Gtres
No es la primera vez. A Pantoja le cuesta afrontar los problemas por sí misma. Tampoco dio la cara con otros empleados como Foski o Pepi Valladares en su día, ni siquiera lo hizo con el que fue su pareja, Julián Muñoz. Isabel prefiere que haya un mensajero y evitar el mal momento, así lo hizo el pasado fin de semana utilizando a su abogada y a la policía para frenar unas declaraciones que sabía que no le iban a ser favorables.
No lo fueron. Aunque no quiso hablar mal de ella, relató hechos que dibujaron el peor retrato de la que fuera su jefa y amiga. No obstante, también reconoció que estuvo junto a ella tanto tiempo porque quiso, porque era “tremendamente feliz” con la vida que llevaba junto a la familia Pantoja. Nunca pensó que las cosas cambiarían tanto.
La complicidad hace mucho tiempo que se convirtió en rencor y lo único que comparten las que antaño fueran uña y carne es su amor por Isa, la pequeña del clan, y por su hijo Albertito. Un amor que también se ha convertido en lucha, pues ambas sienten que de alguna manera es ‘su niña’ y ambas se disputan el ‘papel protagonista’ en su vida.