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Lo que esconden los mensajes que enviaba María José Campanario antes de su ingreso

María José Campanario
María José Campanario en una imagen de archivo / Gtres
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Apenas unos días antes de ingresar en un centro psiquiátrico María José Campanario hacía de las redes sociales su válvula de escape. Encontró en ellas la plataforma idónea para expresar sus sentimientos, sincerarse y, de paso, darse un baño de multitudes entre todos aquellos que le animaban y le daban fuerza para superar una enfermedad como la que padece, fibromialgia. Pero, como ha quedado demostrado, Internet es un arma de doble filo y, si los internautas se convirtieron por un momento en su mejor apoyo, sus detractores también lograron minar un autoestima ya bastante maltrecho por aquellas fechas. La prueba más evidente de que María José no pasaba por su mejor momento y era vulnerable a los ataques es el mensaje que escribió el pasado 5 de julio (cuatro días antes de ingresar) y que el programa ‘Sálvame’ rescató este lunes para poner de manifiesto la difícil situación que atravesaba entonces y que, por desgracia, todavía atraviesa.

María José Campanario, Jesulín de Ubrique

María José está superando esta mala racha gracias al apoyo de su marido / Gtres

Junto a una imagen de su mano simulando una peineta, la mujer de Jesulín de Ubrique escribía: “Esta fotografía se la dedico a los que se aburren cogiendo mis fotos de portada para ponerme a parir y esas cosas. Un consejo que igual os va bien: probad a meteros el dedo por el culo y haceros los muertos, así el país estaría mucho mejor. Diría que hasta el mundo. Por cierto, yo no he vuelto a decir nada al respecto de cierto tema, eso ya está en manos de quien tiene que estar. A ver si alguno recoge el mensaje, se compra una vida o se mata a pajas y me deja en paz, que yo estoy muy calladita. Me reitero en decir que los fascistas me parecen basura. No sé si tú lo eres o no. HASTA LUEGO MARICARMEN. Ya hablaré en otro lugar”.

María José despedía su escrito con una frase que caracteriza a Belén Esteban, ex de Jesús y madre de su primogénita. Un hecho que no ha pasado inadvertido, sobre todo estos días cuando se habla de una presunta obsesión de la odontóloga con la colaboradora televisiva.

Pero aquel contundente mensaje no era el único con el que María José plagaba las redes en la víspera de su ingreso. También utilizó Instagram para cargar contra los que criticaban a la hija de su marido Andrea Janeiro, contra quienes la acusaban de tener un perfil falso en las redes sociales y contra los que la tildaban de incongruente por decir que amaba a los animales estando casada con un torero. La que hablaba a través de vídeos era ella, María José Campanario, y la que respondía a cada uno de los internautas que comentaban sus palabras también era ella. Muy encolerizada, eso sí, pero ella. Afanada en defender su postura, que es una mujer enferma de fibromialgia como cualquier otra y que sus dolores no son menos por protagonizar las portadas de las revistas, se debatió durante varios días entre los que la aplaudían y los que reprochaban su actitud. Sin darse cuenta, María José se vio envuelta en una espiral de violencia verbal que no conducía a nada y de la que solo podía salir de una manera: cerrando sus redes sociales.

Ella y su entorno no tardaron en tomar la decisión y el 7 de julio clausuró sus perfiles. El resto de la historia es lo que conocemos. Campanario era ingresada en una clínica psquiátrica de Málaga y se le prohibía la utilización del teléfono móvil. Era necesario que evitara cualquier tipo de estrés y rehuyera de todo contacto con el exterior que pudiera ser tóxico. Tan tóxico como esos comentarios que algunos le dedicaron en las redes sociales y a los que ella respondía tan irritada. María José necesita descansar, desconectar y dejarse querer por los que siempre han estado a su lado: su marido y sus hijos.

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