Ana Obregón, de Antoñita la fantástica a madre coraje
Ana Obregón cumple este miércoles 18 de marzo 65 años en plena lucha por la enfermedad de su hijo, Álex Lequio
Empiezo por confesar que nunca me cayó bien el personaje de Ana García Obregón. Hablo de su personaje porque no he tenido ocasión de conocerla como persona. Algunos amigos comunes siempre me han dicho que es estupenda, con mucha fuerza, especialmente simpática y muy curranta. La Obregón que me llegaba a través de los medios, de muchas coberturas cuando protagonizó el sonado romance con Alessandro Lequio, de su actitud ante los micrófonos de compañeros, siempre me pareció tan frívola, tan estrella, tan Antoñita ‘la fantástica’ que reconozco que no vi más allá. Este miércoles cumple años y admito, reconozco y rectifico: me equivoqué completamente. Su personaje está ahí y su presencia en los medios quedará para siempre como una de las protagonistas indiscutibles de los posados de verano y de la crónica social española de las ultimas tres décadas, pero hace dos años descubrí a la Obregón que no se ceñía en looks imposibles, con voz y sonrisa impostada para la foto sino a una mujer y madre de bandera.
Ana Obregón no se lo pensó dos veces y puso toda su vida en pausa para estar al lado de su hijo / Gtres
Cuando supe que Alejandro, el hijo que tiene en común con Alessandro Lequio, aquel niño que se comía los micrófonos de los reporteros estimulado por la gracia que le hacía a su mamá -hay muchas grabaciones que dan fe de ello- había viajado a Estados Unidos para tratarse de un cáncer, mi percepción cambió por completo. Y cambió no solo por el respeto absoluto y empatía por una situación tan delicada sino también porque vi a una Ana diferente. Acompañó a su hijo desde el minuto uno y se quedó con él durante su larguísima estancia de casi siete meses en el Memorial Sloan Kettering Center de Nueva York. Ana lo dejó todo. Claro que su situación económica es muy probablemente mejor que la de muchas otras madres que no se pueden permitir el lujo de dejar de trabajar y de dedicarse por completo a su hijo enfermo, pero ella no lo dudó ni un momento y allí se quedó. Se convirtió en el mejor apoyo de Alejandro, en su timón, su faro.
La entrevista que concedió a la revista ‘¡Hola!’ en octubre de 2018 me confirmaba a la nueva Ana, a la madre entregada que iba descubriendo en esos meses de tratamiento inicial lejos de casa. Recuerdo aquellas primeras declaraciones de la actriz: “Cuando el médico nos dice ‘su hijo tiene un tumor’, es como si se hubiera bajado de repente el telón de mi vida”. Así de claro. La actriz colgaba el cartel de no hay entradas, pero no por falta de aforos sino de ganas; no quería actuar nunca más. Se reinventó y se hizo fuerte y contaba en la entrevista que al ver la entereza de su hijo decidió que no se podía permitir debilidad alguna. Madre e hijo viajaron junto a Lequio, quien también estaba muy preocupado como padre y los acompañó al principio. Luego ella se quedó con su hijo. “La Ana Obregón artista ya no existe, ya solo queda la madre. La primera se fue y no creo que vaya a volver nunca más”, declaraba en ‘¡Hola!’. Empatía en vena. Bye, Antoñita. Descubrí definitivamente a otra Ana, la realmente fantástica.
«Descubrí definitivamente a otra Ana, la realmente fantástica» / Gtres
En pocos días, el próximo día 23, se cumplirán dos años del inimaginado diagnóstico. Llevan desde entonces luchando de manera incansable. Ambos son ejemplo de entereza y optimismo. Hace tan solo una semana, Ana canceló la obra de teatro en la que decidió embarcarse cuando la recuperación de Álex iba adelante. Sin embargo, el obligado traslado del joven a Barcelona para iniciar un nuevo tratamiento específico, el mismo que seguía en Nueva York, y que se estima durará 3 meses, ha cambiado de nuevo sus planes. Cuando regresaron de Estados Unidos, ella retomó la actividad profesional. Álex estaba bien y la vida sigue, lógico. El proyecto que acaba de cancelar, la obra de teatro “Falso directo”, ya presentada y que hubiera estrenado en agosto en el teatro Amaya de Madrid, no ha sido el único trabajo al que ha tenido que renunciar. En octubre del año pasado, Ana Obregón tuvo que abandonar el concurso televisivo ‘Masterchef Celebrity 4’, por el mismo motivo: su hijo. Incluso tuvo problemas con la productora porque no quiso decir cuál era el motivo por el que había decidido dejar las grabaciones. Ella misma declaró después que no quiso dar detalles por lo delicado de la situación. Tanto Ana como el propio Álex se han mantenido en contacto por las redes sociales y han agradecido el apoyo y cariño recibido.
Su gran palmarés, la canción que dicen le dedicó Miguel Bosé (‘Anna, how hard it´s to love you…’), la paella con Spielberg, el papel en la película ‘Bolero’ junto a la sex symbol Bo Dereck, las pelis con Vicente Aranda y con Fernando Colomo, el papel en la serie norteamericana ‘El Equipo A’; la Ana de las Campanadas, la del programa ‘¿Qué Apostamos?’ y la de la exitosa serie televisiva ‘Ana y los Siete’ se quedan atrás. En uno de sus mensajes a su hijo en su perfil de Instagram escribía: “Parece que Dios encarga las batallas más duras a sus mejores guerreros. Un honor ser tu madre”. Desde luego estaba equivocada y mucho. Muchas, muchísimas felicidades, Ana.