Kate Middleton se ha convertido (literalmente) en la reina Isabel II
Según Meghan Markle escala posiciones a pasos agigantados entre la opinión pública, su futura cuñada, Kate Middleton, parece haber dado un paso atrás para permanecer en un discreto segundo plano. La llegada de la exactriz ha supuesto un soplo de aire fresco en la encorsetada monarquía británica en todos los aspectos, sobre todo en el estilístico. Y es que sus modernos y sofisticados looks parecen chocar de manera frontal con los ‘outfits’ cada vez más clásicos y un tanto anticuados de la duquesa de Cambridge. Un aspecto que se ha puesto aún más de manifiesto con su último look.
En la recta final de su tercer embarazo, la esposa del príncipe Guillermo asistía a un simposio sobre medicina de familia en Londres con un estilismo que bien podría pertenecer al armario de la mismísima reina Isabel. Se trataba de un conjunto compuesto por abrigo y vestido en color aguamarina, una tonalidad pastel que figura entre las favoritas de la soberana. Incluso en la prenda exterior, abierta y con lazada en el cuello, se pueden apreciar ciertas similitudes con una lucida por su abuela política varios años atrás.
La Duquesa de Cambridge, cada día más parecida a la reina Isabel / Gtres
Muy parca también en cuando accesorios, se decantó por unos salones de tacón medio de ante en color camel. Al igual que en otras ocasiones, dejó su melena de largo midi suelta y, en cuanto a maquillaje, recurrió a su inseparable y marcado ‘eyeliner’.
Pero no es la primera vez que la vemos hacer gala de este estilo tan formal y poco acorde con su edad. Durante su embarazo la duquesa ha vestido un amplio repertorio de prendas que parecían añadirle unos cuantos años de más. Muy sobrias y puede que un poco cursis, no parece que sean las más favorecedoras para una mujer de tan solo 36 años.
Isabel II con uno de sus típicos looks en 2011 / Gtres
Puede que dada su posición social (que con los años podría convertirla en la futura reina de Inglaterra), con su vestuario Kate Middleton pretenda hacer un cierto guiño a Isabel II. Y lo cierto es que esta debe estar encantada.