Victoria de Suecia, víctima ‘colateral’ del robo en París
Más de cuatro millones de euros en joyas de algunas de las firmas más prestigiosas, una de ellas, la marca fetiche de la princesa Victoria de Suecia. Se trata de Ebba Brahe Jewellery, propiedad de Charlotte Ramel quien podría haber perdido en el robo una cantidad cercana al millón de euros.
Según han confirmado las autoridades parisinas, cinco ladrones, algunos de ellos armados, asaltaron el exclusivo hotel Ritz de París durante la tarde del miércoles. El grupo entró de forma violenta al hall del hotel y procedió a romper vitrinas y coger la mayor cantidad posible de joyas. Pese a la violencia del suceso, no ha habido heridos durante el robo, ya que parte de las personas que se encontraban en ese momento en el hotel se refugiaron en uno de los sótanos. Aunque tres de los cinco criminales han sido ya detenidos, de momento no se ha recuperado el botín.
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Por ahora no se ha podido confirmar qué piezas exactas podría haber perdido la sueca, ya que el Ritz no se ha puesto en contacto con ella para informarle de los detalles del robo, pero entre ellas se incluiría una imponente tiara de diamantes, varios anillos de zafiros y un collar de diamantes negros. Algunos medios suecos han podido hablar con Ramel, que ha asegurado que las pérdidas podrían ascender a un millón de dólares.
Lo que más sorprende a la empresaria es que los ladrones hayan logrado entrar en el hotel a plena luz del día y superando las medidas de seguridad. Pese a todo, no tiene por ahora la intención de dejar de exponer sus piezas en el prestigioso hotel.
Charlotte se ha convertido en una de las ‘joyeras’ preferidas no solo de Victoria de Suecia, sino también de su hermana Magdalena y de su cuñada, la princesa Sofía. A todas las damas Bernadotte se las ha visto en alguna ocasión luciendo piezas firmadas por Ebba Brahe, piezas que unas veces son más sofisticadas y sirven para ocasiones especiales y otras más apropiadas para el día a día.
La historia de Ebba Brahe
Ebba Brahe fue una mujer del siglo XVI cuya asombroso carácter y belleza conquistaron al entonces rey de Suecia, Gustavo Adolfo II. Sin embargo, la Reina Madre nunca aceptó su amor y obligó al Rey a casarse con otra mujer. No obstante, como prenda de su devoción por Ebba, Gustavo Adolfo le regaló un magnífico collar de perlas.
Ebba fue una mujer adelantada a su tiempo en muchos aspectos, que no comulgaba con las normas impuestas por la sociedad de antaño. La Condesa no solo tuvo 14 hijos, sino que además se responsabilizó de la gestión de sus propiedades y castillos, y además era una gran apasionada de la moda y la joyería.
A su muerte a los 78 años, el collar de perlas que le regaló el monarca pasó a la siguiente generación y 400 años más tarde sigue en posesión de la familia de Charlotte Ramel , que guarda con celo el único testimonio que queda de su amor. Desde muy pequeña, Ramel sintió una fuerte fascinación por el mundo de la joyería en general y en particular por la historia de las perlas que llevan tantos siglos en su familia, hasta el punto de fundar su propia firma inspirada en la figura de Ebba Brahe en 2013. Una firma que, con sus exquisitas piezas que fusionas el gusto de la modernidad con el Renacimiento, ha logrado conquistar el corazón de la Familia Real.