El enigma detrás de la ‘desaparición’ de la tiara nupcial de Sarah Ferguson
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Cuando la princesa Eugenia de York se casó con Jack Brooksbank, todo el mundo pensaba que la hija menor de Sarah Ferguson y el príncipe Andrés luciría la tiara floral que la Reina Isabel y el príncipe Felipe regalaron a su madre por su compromiso, pero no fue así. Eugenia llevó en su boda una pieza de la herencia Greville, con diamantes y esmeraldas, de tipo kokoshnik. Tiempo después, en la boda de la princesa Beatriz, también se pensó que, al ser la hija mayor de los duques de York, llevaría la tiara de su madre, pero Beatriz sorprendió al pedir prestada a su abuela su tiara nupcial, así como uno de los vestidos de su colección. Sin duda, un movimiento inesperado que, a día de hoy, deja en el aire la reaparición de la diadema de Sarah Ferguson.
Sarah Ferguson con su padre antes de su boda con el príncipe Andrés.
La duquesa de York, al igual que Diana de Gales con la tiara Lover’s Knot, recibió una pieza de Garrard por su boda con el príncipe Andrés. En el caso de Sarah, que no tenía diadema familiar -Diana sí, la tiara Spencer-, llevó la diadema en su enlace, bajo una corona de flores. La tiara no apareció a la vista hasta finalizada la boda, como símbolo del nuevo estatus de princesa de Fergie. Se cree que Sarah no tuvo que devolver la joya tras su divorcio, como sí hizo Lady Di, de hecho, la diadema ha sido vista en varias ocasiones después de la separación, la última, en el año 2001.
Sin embargo, desde hace más de dos décadas que no se tiene noticia de la diadema, por lo que todo el mundo esperaba que las bodas de las hijas de los York fueran la ocasión perfecta para que la tiara volviera a licor sobre la cabeza de una princesa. No ha sido así.
Eugenia de York el día de su boda con una tiara de esmeraldas. / Gtres
La tiara York hizo su espectacular debut en la boda de Sarah y Andrés en la Abadía de Westminster, pero ha permanecido en el joyero de la Duquesa tiempo después del divorcio, lo que no es habitual. En declaraciones al periódico Daily Express, el experto en joyería Jeremy Hinds, director de ventas F. Hinds, ha explicado el especial significado de la pieza: «Sarah Ferguson presentó la tiara al mundo después de su ceremonia de boda, un movimiento que simboliza su nuevo estatus como princesa. Pero no es solo un accesorio de boda, la duquesa de York continuó usando la tiara durante su tiempo como miembro de la Familia Real, e incluso apareció con ella después de su divorcio. La última aparición pública de York Tiara fue en 2001, y la pieza no ha sido vista públicamente desde entonces», ha comentado el experto.
Lo más llamativo es que lo habitual es que el jefe del Estado preste alguna pieza a las novias -si no tienen tiara familiar-, pero la tiara York fue una ruptura con la costumbre, y además se convirtió en un regalo personal de la Reina Isabel. Una joya cuyo valor asciende a más de 250.000 libras.
Sarah Ferguson y el duque de York en su boda.
Aunque ni Eugenia ni Beatriz recurrieron a la tiara de su madre, la realidad es que dentro de la Familia Real ya había otro precedente de una royal que no siguió la estela de su precedente. Zara Phillips, hija de la princesa Ana, tampoco usó la tiara que llevó su madre, sino que apostó por una diadema de su bisabuela, la madre del duque de Edimburgo.
Los motivos de la negativa de Beatriz y Eugenia solo los conocen ellas, como tampoco se sabe, a ciencia cierta es si,a día de hoy, Sarah Ferguson aún conserva la pieza y si la tiara de York volverá a ser vista en público en algún momento. Quizás haya que esperar a que su única nieta, Sienna Mapelli, se case, pero para eso, queda aún muchos años.