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Llegó el día. Netflix estrena este 8 de diciembre los tres primeros episodios de Enrique y Meghan, la docuserie de los duques de Sussex. La expectación es planetaria ya que se trata de un estreno simultáneo en todos los países. Durante los últimos días se han ido suministrando cebos para enganchar a una audiencia que quizá no los necesitaba porque hay muchísimo interés en saber lo que cuentan ambos, con su tormentosa salida de la realeza británica en el punto de mira. ¿Qué temas se tratan en el primer capítulo? Lo descubrimos.
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La docuserie comienza con dos fundidos a negro para mostrar dos frases muy importantes de introducción: «La historia de Enrique y Meghan, contada de primera mano con documentos personales jamás mostrados» y «miembros de la Familia Real se han negado a comentar el contenido de esta serie». Después, se ve al hijo de Diana de Gales en el aeropuerto londinense de Heaththrow mientras Meghan, con una toalla en el pelo, aparece en Vancouver (Canadá) en el año 2020, poco antes de finiquitar su vinculación con La Firma.
Este evento global de Netflix tiene a los Sussex como protagonistas de un relato veraz, sincero y en primera persona sobre todas las polémicas que han sufrido. Ambos dan su versión de lo ocurrido desde el sosiego que han encontrado en su casa de Montecito (California) donde disfrutan de una plácida vida familiar junto a sus dos hijos, Archie y Lilibet, lejos del ruido y los juicios de la prensa británica.
Meghan y Enrique, en California / Netflix
Durante toda la emisión, Enrique se muestra muy dolido con su padre y también con su hermano Guillermo: «Creo que para algunos miembros de la familia, sobre todo para los hombres, puede existir la tentación de casarse con alguien que encaje en el molde en vez de con alguien con quien puede que estés destinado a vivir. Es la diferencia de tomar decisiones con la cabeza o con el corazón», dice de manera velada.
Enrique no duda en hablar con muchísima claridad sobre lo que piensa: «Mi trabajo es proteger a mi familia. (…) Una vez nacido en esta posición, con todo lo que eso conlleva y el nivel de odio que se ha originado en los últimos años, sobre todo contra mi mujer y mi hijo… Estoy profundamente preocupado por la seguridad de mi familia. (…) Es una cuestión de deber y servicio, y creo que al pertenecer a esta familia tengo el deber de destacar la explotación y el soborno que se producen en nuestros medios». Mientras tanto, Meghan va más allá y habla de destrucción: Yo sólo quiero que se acabe todo esto. Ya no sé qué decir. (…) Por desgracia, no están defendiendo nada. Nos están destruyendo», añade emocionada.
El Príncipe Enrique junto a Meghan Markle en su docuserie / Netflix
Entre otras cosas, Meghan Markle también apunta cuál era su objetivo a la hora de hacer este documental: «No voy a decir que sea cómodo, pero ves que la gente no tiene ni idea de quién eres desde hace tanto tiempo, da gusto que la gente pueda ver lo que ha pasado y también quiénes somos. (…) Hemos sido muy conscientes de proteger a nuestros hijos lo más posible y de entender el papel que tienen en esta familia tan histórica».
El acoso a Lady Di
El príncipe Enrique admite también que «he bloqueado muchos recuerdos de mi madre» por el dolor que le produce recordar su trágica muerte. Pero sí hace mención a que se ha criado junto a los paparazzi: La mayoría de mis recuerdos es de estar rodeado de fotógrafos . Rara vez teníamos unas vacaciones sin que alguien saltase de un arbusto o algo así. (..) Nos acosaban hasta tal punto que nos veíamos obligados a sonreír y a contestar. Me sentí muy incómodo desde el principio (…) Dentro de la familia, dentro del sistema, el consejo que siempre te dan es ‘no reacciones, no eches leña al fuego’. Siempre había presión mediática, con su buena parte de drama. Estrés y también lágrimas. Yo veía esas lágrimas, siempre las veía en la cara de mi madre. En esos momentos, pensaba ‘¿qué soy?’, ‘¿quién soy?’, ‘¿de qué formo parte?», reflexiona.