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De Marta Luisa de Noruega a la Infanta Elena: herederos ‘frustrados’ de la realeza

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Los príncipes Carlos Felipe y Marta Luisa en una imagen de archivo / Gtres
  • Andrea Mori
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Las diferentes monarquías de Europa tienen muy claros en estos momentos quiénes son los herederos que marcarán el futuro de una institución que, en muchos casos, podría dejar de existir en un futuro. A pesar de que, a día de hoy en la mayor parte de territorios hay igualdad entre hombres y mujeres, lo cierto es que la monarquía ha sido en la mayoría de las situaciones, una institución con un carácter marcadamente machista. Un ejemplo más que evidente lo constituye nuestro país. Si los Reyes tuvieran un tercer hijo y fuera varón, automáticamente desplazaría a Leonor como Princesa de Asturias. Una probabilidad que, ahora mismo no existe, pero que estuvo sobre la mesa durante un tiempo.

El esquema actual de la realeza europea no es, ni mucho menos, el que tendría que haber sido de no haber habido varios cambios. Son algunos los nombres que no estaban llamados a ocupar el trono y, sin embargo, reinan ya desde hace varias décadas, como es el caso de la reina Isabel del Reino Unido o Margarita de Dinamarca.

Menos llamativo, pero no por ello menos importante, resultan otros casos que se encuentran más cercanos a la actualidad, como es el de la Infanta Elena y sus hijos, Marta Luisa de Noruega o Victoria de Suecia. Vamos a repasarlos.

El caso de Suecia es uno de los más llamativos. A pesar de que es Victoria la heredera, en origen no iba a ser así. El nacimiento de Carlos Felipe en el año 1979 le convirtió en heredero de manera automática. Sin embargo, tras varias protestas se cambió la legislación y fue, además, con carácter retroactivo. Esto convirtió a Victoria en futura reina, para gran disgusto de Carlos Gustavo.

Victoria de Suecia

Victoria de Suecia no tendría que haber sido la heredera / Gtres

En Noruega, Marta Luisa estaba llamada a ser la futura reina pero, nuevamente, la legislación dio preferencia a su hermano Haakon. Sin embargo, a principios de la década de los años 90, un cambio en la ley estuvo a punto de modificar la situación. Se eliminó la preferencia de los varones, pero no se hizo con carácter retroactivo a diferencia de en Suecia. Algo que no importó a Marta Luisa, que años después renunciaría a sus derechos sucesorios para casarse con Ari Behn.

Marta Luisa de Noruega tenía que haber sido la heredera / Gtres

En Dinamarca, la actual jefa del Estado no era la que  tenía que reinar. Su padre, Federico IX cambió la Constitución en 1953, que no permitía a las mujeres reinar. De no haberlo hecho, el trono habría pasado al tío de la actual monarca.

Margarita de Dinamarca

Margarita de Dinamarca reinó gracias a la modificación que hizo su padre / Gtres

Actualmente, la ley sálica no está en vigor en ninguna monarquía europea y, para determinar la sucesión, opera la prevalencia del heredero de más edad con independencia de su sexo, es decir por primogenitura estricta. Sin embargo, la Monarquía Española y el Principado de Mónaco constituyen dos excepciones: en ambos países se aplica actualmente la llamada ley agnaticia, que para la sucesión al trono sitúa a las mujeres por detrás de sus hermanos varones, aunque éstos sean de menor edad.

El caso de Mónaco es especialmente llamativo. En el año 1919, Carlota Grimaldi, abuela del actual soberano, se convirtió en princesa heredera. Este no era su futuro, pero el hecho de que su padre, Luis III no tuviera descendencia legítima con su esposa, complicó la situación. Si no existía heredero, el territorio podía pasar a ser protectorado francés y fue entonces cuando se impulsó un cambio en las leyes para que el Príncipe pudiera reconocer como suya a una hija ilegítima, fruto de su relación con Marie Juliette Louvet. A día de hoy, sin embargo, el varón sigue teniendo preferencia sobre las mujeres.

Mónaco

El príncipe Jacques es el heredero en Mónaco / Gtres

La situación en España en la actualidad está muy clara, pero lo cierto es que antes de que el Rey Juan Carlos reinara, no era de tal manera. Fue don Juan quien se convirtió en heredero de su padre, Alfonso XIII, pero no tanto porque le correspondiese, sino porque sus dos hermanos mayores renunciaron a sus derechos. Por un lado, el mayor, Alfonso, lo hizo por casarse con la cubana Edelmira Sampedro, mientras que Jaime renunció a consecuencia de su sordera. Muy diferente habría sido la situación, sobre todo en el caso de Jaime, ya que sus derechos habrían pasado al duque de Cádiz y más tarde a Luis Alfonso de Borbón.

Al margen de esto, si la ley en España no diera preferencia al varón, tras don Juan, la heredera natural habría sido la Infanta Pilar, aunque dadas las circunstancias el caso de don Juan Carlos no tiene especial cabida. Lo que sí resulta interesante es que, de no seguir aplicándose esta ley, después de don Juan Carlos, la Infanta Elena y su hijo Felipe habrían sido los herederos. Un panorama, sin duda, muy diferente al actual.

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