Cuando Letizia se olvida de ser reina
El verano se va acabando y septiembre abre de nuevo las agendas de todos, incluida la de la reina Letizia. Desde que en julio se despidiera de las actividades oficiales, a excepción de la recepción ofrecida en Palma a las autoridades de las Islas Baleares el pasado 7 de agosto, la reina ha estado, como todos los españoles que pueden permitírselo, de descanso veraniego.
Claro que este año ha sido un poco más corto. La operación de corazón del rey Juan Carlos, quien ya se recupera en su residencia de Zarzuela, tras haberle implantado 3 baipás aortocoronarios, obligaba a volver antes de lo deseado. Letizia dejó la isla de Palma de Mallorca un par de días antes que el rey Felipe. Su viaje privado, blindado y secreto empezaría esa semana del 12 de agosto.
Posado de los reyes con sus hijas antes de abandonar Mallorca / Gtres
Volvimos a verla en su visita a Don Juan Carlos el pasado 25 de agosto, a su llegada y salida del hospital Quirón Madrid de Pozuelo de Alarcón, donde su suegro había ingresado 2 días antes. Estuvo correcta, sonriente e incluso contestó las preguntas de la prensa apostada a las puertas del hospital durante horas (gran trabajo, compañeros). “Le he visto muy valiente, la verdad”, dijo junto al rey Felipe, quien también dio declaraciones. Imposible no recordar en ese instante el momento Catedral Palma de Mallorca de 2018 y el duelo entre reinas. Doña Sofía, hija de Rey y con casi 40 años de oficio, vs Letizia, quien de manera impropia, impertinente e irrespetuosa impidió que se fotografiara con sus nietas, las infantas Leonor y Sofía a la salida del templo. Recuerdo el desconcierto en las caras del rey Felipe y del rey Juan Carlos.
“Se olvidó de dónde estaba y de quién era. Se equivocó, pero considero que la reacción fue desmesurada”, explica la periodista Sagrario Ruiz de Apodaca en el documental que, sobre las reinas europeas, “De profesión: Reina”, ha emitido la cadena alemana ZDF. Como amiga de Letizia, entiendo a mi colega. Es el único argumento posible. ¡Pero cómo una reina puede olvidarse de ser quién es! En ese mismo documental, el escritor peruano, Premio Nobel de Literatura y actual pareja de Isabel Preysler, Mario Vargas Llosa, razona cuán difícil debe ser el trabajo de una reina. Y no lo dudo. Probablemente debe serlo mucho más cuando tienes que aprender el oficio a los 30 años, cuando ni tu profesión, ni tu familia, ni tu mundo tienen que ver con ello. Me dicen que doña Letizia pone todo de su parte. Es todo interés, conocer lo desconocido, prepararse, aprender, esforzarse. Su máxima es acompañar al Rey, apoyar la Institución. ¿Ser o no ser?, esa es la cuestión, ¿no, Sir William?
Doña Letizia y don Felipe visitaron al rey Juan Carlos en el hospital / Gtres
Me consta que lo intenta, que se prepara cada viaje, cada comparecencia, que se interesa. Ya tiene experiencia y su imagen fuera es valorada. El trabajo lo domina, es perfeccionista, impecable, pero tambalea en lo espontáneo, en lo natural en lo que a uno le sale de dentro tal cual le viene, incluso aunque no sea ni oportuno ni regio. “Una vez cumplida mi principal obligación como reina, no vi ninguna razón para mantener las apariencias”, que decía la princesa británica Carolina, protagonista del drama histórico danés “Un asunto Real”, de Nikolaj Arcel.
Conozco algunos momentos en los que Letizia volvió a olvidarse de quién era o, mejor dicho, de quién es desde que se casara con Don Felipe de Borbón en mayo de hace ya 15 años. Ninguno pone en peligro la seguridad nacional, simplemente ayuda a conocer cómo reacciona en determinadas circunstancias. Tras una reunión con un grupo de profesionales, se quejó a uno de los presentes que tanto estrechar manos le estropeaba la suya y que se veía obligada a utilizar mucha hidratante para compensarlo. Figúrense qué cómodo se sintió su interlocutor, a quien minutos antes le había estrechado la mano. También su teléfono móvil le ha dado algún que otro disgusto. Tras los mensajes con el compiyogui le aconsejaron que tuviera cuidado con su celular. Se le ha fotografiado atendiendo al móvil en pleno acto público, incluso hay imágenes del día de la proclamación del rey Felipe, Letizia, flamante reina, móvil en mano durante el recorrido oficial que realizaron por las calles de Madrid. ¿Ser o no ser?
En la pasada edición de los premios Princesa de Asturias, en 2018, una amiga formaba parte de una de las fundaciones premiadas. En la noche anterior a la entrega de galardones, alguien conocido le sugiere conocer a la reina y saludarla. Ella, encantada. Su fundación había sido premiada y sería interesante intercambiar impresiones con la Reina. Esperaron donde les indicaron y el tiempo que les dijeron, apartados de los numerosos asistentes a la misma cita para que fuera discreto. “Llegó Letizia con la persona que nos propuso conocerla y cual fue nuestra sorpresa que nos dice, sin más, y como molesta “¿Qué queréis? Una foto, ¿no? Posó con nosotros y se marchó sin decir nada más”. ¿Se olvidó de nuevo? Menuda decepción.
Acabo estas líneas con la vuelta a la actividad institucional. Tras casi un mes de vacaciones, teniendo en cuenta que el pasado 30 de julio cerró agenda con la visita a las salas María Moliner y Larra en la Biblioteca Nacional de España, la reina Letizia recibió este martes en Audiencia, junto a don Felipe, a una delegación del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), con motivo de los actos conmemorativos del 40 aniversario de la Constitución. Tras superar una pequeña confusión de dónde debía colocarse, dio la mano, igual que el Rey, a todos y cada uno de los miembros del comité desplazado a la Zarzuela. Entre ellos, un hombre de mediana edad hacía la fila y llega delante de doña Letizia; inclina su cabeza y le estrecha la mano. Es sordociego. La reina responde: “Me alegro de verte”. Imagino que a él le ha hecho ilusión, aunque no pudiera decirle lo mismo. | [LEER MÁS: La clave del imperturbable look de la reina Sofía]