Todos los detalles de la nueva y entrañable escultura de la Reina Isabel que ha visto la luz

El creador de la estatua, catalogada ya como el primer monumento póstumo dedicado a conmemorar el legado de la Reina Isabell II, es el artista Hywel Brân Pratley, quien ya había ofrecido un adelanto de la obra el año pasado, dejando a muchos impresionados con el resultado final. Según People, en ese adelanto, la inclusión de los dos perros corgi no estaba contemplada pero ha sido «todo un acierto». La adición inesperada de los animales, ha añadido una dimensión adicional a la estatua, a la vez que enriquecido la narrativa visual de la pieza y ocredido una visión más completa y afectiva del vínculo entre la Reina Isabel II y sus mascotas.

El amor de la Reina Isabel II por los perros

Pratley, conocido por su habilidad para «capturar la esencia y el espíritu de sus sujetos», logró que la estatua no solo homenajeara a la monarca, sino que captara, además, a su amor por los corgis, animales que se convirtieron en un símbolo reconocible de su reinado. A lo largo de su vida, la Reina Isabel poseyó más de 30 perros de esta raza, muchos de lo cuales fueron descendientes de Susan, la perrita que sus padres, los reyes Jorge e Isabel, le regalaron cuando cumplió su mayoría de edad.

Tal fue el afecto de Isabel II por los Corgi que, junto a la princesa Margarita, crearon su propio cruce, mezclando un Corgi con un perro salchicha, del que nació la raza ‘dorgi’.